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La lenta operación del gasto público y la menor captación de recursos petroleros y tributarios mermaron las finanzas públicas del país durante 2013, lo que trajo como consecuencia no alcanzar la meta del balance cero y aplazar ese objetivo para 2017.

Mientras las autoridades hacendarias del país explicaban que el cambio de administración federal provocó un desfase en la calendarización y las reglas de operación para los proyectos del gasto público, los especialistas en economía reconocieron que ese factor tuvo una incidencia negativa en la dinámica de la actividad productiva del país.

El director de análisis económico de Banorte-Ixe, Gabriel Casillas, estimó que la lenta operación del gasto público y la restricción fiscal provocaron una disminución de 0.3 puntos porcentuales al crecimiento del PIB.

A principios del año, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) tenía una expectativa de crecimiento del PIB de 3.5%; sin embargo, esa cifra disminuyó hasta llegar a 1.3%. Un factor que influyó en ese ajuste a la baja fue por la baja dinámica que presentaba la ejecución del gasto.

Entre enero y agosto de este año, el gasto neto programable reportaba una operación de 1.9 billones de pesos, una cifra que era 78 mil 555 millones por debajo de lo presupuestado.

El director general en México de la calificadora Standard and Poor's, Víctor Manuel Herrera, dijo que 2013 fue complicado para la economía mundial, pero que en el país se acentuó más por el tema del gasto público.

"La diferencia es que aquí hubo un desfase en el ritmo de desembolso de los recursos presupuestales la primera mitad del año. Pero esto no es de sorprenderse, porque el mismo fenómeno ocurrió cuando tomó la Presidencia Vicente Fox, donde incluso se combinó con la entrada en recesión de EU lo cual nos impactó de manera importante", explicó.

"En este año no hubo recesión, pero si una desaceleración que pudo haberse amortiguado un poco si sólo se hubiera desembolsado con mayor celeridad el presupuesto", detalló.

A mediados de septiembre, el gobierno federal presentó el programa de aceleración del crecimiento 2013-2014, el cual contempló una bolsa de 27 mil mdp para gastar y que involucraba a todas las entidades federativas del país.

La información de la SHCP revelaba entonces que el gasto programable en septiembre ya llevaba una canalización de 2.2 billones de pesos, que era 4 mil 904 mdp superior a lo presupuestado.

El propio Banco de México, en su anuncio de política monetaria destacaba el aceleramiento del gasto público y la desaparición del subejercicio.

Ni con ayuda

Pero si el gasto fue uno de los instrumentos de la política fiscal que no tuvieron el mejor desempeño en los primeros meses del año, otro dato que tampoco tuvo una buena evolución fueron los ingresos, que también registraron una recaudación por debajo de lo esperado.

Hasta septiembre de 2013 los ingresos del sector presupuestario reportaron una captación de 2.6 billones de pesos, lo que representa 3 mil 670 mdp menos que lo que esperaban obtener para esa fecha las autoridades hacendarias.

El menor ritmo de crecimiento mundial y nacional derivaron en una menor captación de ingresos petroleros, que hasta septiembre seguían por debajo de lo esperado, y una lenta recaudación de tributarios, por lo menos en la primera mitad del año.

Aunque este año se implementó el programa de condonación "Ponte al Corriente", el cual recaudó 40 mil mdp, estos fueron insuficientes para compensar la menor recaudación que se observa en la parte de los ingresos presupuestarios del sector público.

Déficit, medida necesaria

Con el fin de evitar que la menor recaudación de ingresos presupuestarios provocara un recorte en el gasto público y en los proyectos de inversión, el gobierno tuvo que posponer el objetivo del balance fiscal cero para mejor ocasión, y pidió al Congreso la autorización de un déficit cercano a 0.4% del PIB.

El titular de Hacienda, Luis Videgaray, dijo que si no se aprobaba el déficit fiscal para 2013, se corría el riesgo de recortar 70 mil mdp al gasto público de este año.

El director general en México de Moody's, Alberto Jones, señaló que el nivel de déficit del país es manejable dado el bajo endeudamiento que se tiene y nos hace mucho sentido porque lo que se busca es estimular la economía.

"El gobierno va contribuir a que haya un mejor estímulo al crecimiento, fundado particularmente hacia delante en un mayor gasto en áreas que incentiven la inversión. En términos de finanzas públicas esto es bastante manejable", dijo.

Preocupados

En diciembre del año pasado, cuando Enrique Peña Nieto y su gabinete tomaron posesión, los analistas del sector privado opinaban que la política fiscal que se instrumentaba en el país no representaba ningún tipo de preocupación para el crecimiento del país.

Casi un año después, las opiniones que recaba el Banco de México en su encuesta mensual de expectativas mostraban que ese factor tenía 17% de las contestaciones como foco de inquietud.

Es decir, a principios del sexenio, el temor sobre la política fiscal que se instrumentaba era inexistente, pero para noviembre de este año, se colocó como el segundo tema que más preocupa, solo por debajo de la debilidad del mercado externo y la economía mundial, que reportó 18% de las respuestas de los participantes.