natalia.gutierrez@eluniversal.com.mx

La industria de la moda mexicana se encuentra de luto al darse a conocer la noticia de la muerte del fotógrafo César Arellano, autor del popular sitio www.diariodefiestas.com (DDF), a través de varias páginas de internet y redes sociales como Twitter, donde amigos cercanos y admiradores del también blogger publicaron sus condolencias. Al parecer, César fue víctima de la inseguridad de la ciudad de México; sin embargo, las causas del fallecimiento no han sido confirmadas.

El pasado 28 de enero, EL UNIVERSAL tuvo la oportunidad de platicar con este genio de la lente en la que, probablemente, fue su última entrevista concedida a un medio de comunicación. En un café de la colonia Condesa, zona donde vivía Arellano, nos habló acerca de su pasión por la moda y del éxito que había conseguido con DDF.

“Me encanta lo que hago. Tengo la oportunidad de trabajar con los mejores creativos de nuestro país. ¡Amo mi profesión!”, señaló el fotógrafo, recordado por su gran sentido del humor.

César comenzó como estudiante de Diseño Gráfico; sin embargo, pronto se dio cuenta que su verdadera vocación estaba en la fotografía. Trabajó para importantes revistas nacionales como Vogue, 192 y Gatopardo. En 2006, le surgió el deseo de tener su propio diario, sí, un diario de fiestas.

“Quería que fuera como una novela, como los diarios de Warhol, pero de acuerdo a lo que estaba haciendo. Traté de escribir los primeros capítulos a lo largo de año y medio; me di cuenta de que no tenía la disciplina para escribir y decidí agarrar mi cámara para documentar las fiestas. Luego vi los blogs de The Sartorialist y Face Hunter y me inspiraron para contar mis experiencias a través de imágenes y no de palabras”.

Este creativo mexicano tenía una visión única y la extraña habilidad de capturar la esencia de los personajes más cool de la ciudad. “En México no se había dado una escena así, con gente saliendo de fiesta. Busco creatividad y belleza para retratar, siento que la gente que visita la página quiere ver los eventos a través de mis ojos”.

A César le habría gustado cambiar la perspectiva del periodismo de sociales que se hace en México, ya que para él lo que importa no es el apellido sino la autenticidad del estilo. Sus imágenes transmiten una frescura pocas veces vista en el ámbito social y chic. “Trato de encontrar la belleza de la forma menos obvia y que no se haya visto”.

Quienes conocieron a César Arellano, ya sea por su legado gráfico y/o por su calidad humana, saben que su muerte significa una pérdida insustituible y un impedimento para haberle dado el adiós que merecía.

“No puedo ser hipócrita. Hago lo que me gusta y estoy con quien quiero. Soy dueño de mi tiempo”.