Cuando se piensa en gastronomía colombiana, el primer referente es el café, pero existe toda una serie de platos y frutas que hacen que la comida de este país sudamericano abra el apetito de cualquiera.

La diversidad étnica ha sido un factor clave en la sazón de Colombia, ya que se mezclan ingredientes indígenas y españoles con formas de preparación africanas, árabes e ibéricas. Su ubicación geográfica también alimenta los sabores e ingredientes ya que toma vegetales, frutos tropicales, productos de los dos océanos que enmarcan al país y de las tierras propicias para el ganado y aves de corral.

Como en el caso de México, en la tierra de García Márquez la comida varía dependiendo las regiones culturales (antioqueña, costeña, cundiboyacence, opita, pastusa, santandereana, valluna, etcétera). Existen platos típicos de cada zona, pero los más representativos del país son la bandeja paisa, el ajiaco y el sancocho.

Los principales elementos de la dieta colombiana son los tubérculos, particularmente la papa (de la cual hay 32 tipos) y la yuca, complementado con carne o pescado. Entre los cereales enteros se consume el arroz y el maíz. Con el ají se preparan salsas que ponen un poco de picor a la comida. El plátano es un elemento importante en la dieta, las legumbres como el fríjol, la arveja y la lenteja no faltan en la mayor parte de las cocinas.

El pueblo colombiano da importancia especial al almuerzo, que suele tomarse entre las 13 y las 14 horas. La porción consiste, en general, de sopa, seguida de un plato llamado “seco” o “bandeja”. Los guisos se sirven con refresco o jugo.

Entre las bebidas alcohólicas son populares el aguardiente, la cerveza y el ron. El café es la bebida nacional y su calidad y sabor son reconocidos en todo el mundo; en Colombia hay una variedad a la que llaman “tinto”, y consiste en una tacita de café muy cargado. En Bogotá se bebe también el chocolate santafereño, servido con queso y pan (habitualmente el queso se parte en pedazos y se introduce en el chocolate).

Variado coctel de frutas

Colombia posee una gran variedad de frutas. Muchas, consideradas “exóticas”, son comunes en los bosques y campos colombianos; el clima y el terreno son factores que favorecen a esta diversidad.

Hay frutos totalmente desconocidos para Europa y América del Norte, y cuyos nombres nos son totalmente ajenos, como el tomate de árbol (fruto rojo, se usa en postres y en remedios), la badea (parecida a un melón verde, pero ovalado), el chotaduro (pequeño fruto de la palma), el lulo (similar al pérsimo), la curuba (tipo de granada china alargada) y la uchuva (como el tomate verde, pero es amarilla y dulce, se come en almíbar y postres).

Están también la feijoa (parecida al higo), el borojó (con aspecto de coco pero con mucha pulpa, usado en mermeladas, caramelos, vino y el jugo del amor de propiedades afrodisiacas) y el mamoncillo (fruto chico con cáscara verde y gran semilla con savia comestible que es dulce y ácida, se usa para preparar bebidas).

En el DF se pueden encontrar algunas de estas frutas en el Mercado Medellín, se ubica en la calle de Campeche, colonia Roma.