Se ganan el respeto en la cancha
El tocho bandera es una variación del futbol americano en el que sí hay equipos femeniles; se diferencia de la versión tradicional en que no se requiere tanto equipo para protegerse y se omiten las "tacleadas". Sin embargo, Itzel y Elizabeth, alumnas de cuarto y sexto año de la prepa 8, deseaban jugar al lado de sus compañeros varones, con toda la parafernalia y las reglas clásicas. El equipo Leopardos representa a su escuela en la Organización Nacional Estudiantil de Futbol Americano (ONEFA) y la Liga Intercolegial de Futbol Americano (LIFA). Al observar la rudeza de las jugadas, uno se pregunta si a las dos vanguardistas chicas no les dará temor recibir un mal golpe: "Si lo primero que haces al pisar el campo es pensar que te van a pegar, sólo te sentirás insegura y no podrás defender bien tu posición; la verdad, los chicos no son tan rudos como parecen, tal vez tengan más fuerza por ser más grandes, pero la ventaja que tenemos Elizabeth y yo es que somos más ágiles y rápidas", se ufana Itzel. Tal vez lo más asombroso de todo es que, en lugar de relegarlas, humillarlas o menospreciarlas, sus compañeros las hacen sentir parte importante del equipo. Mujeres de acción Aunque Elizabeth practicaba "tochito bandera" en otra escuela, siempre quiso jugar en una agrupación formal; en cambio, para Itzel, esta es su primera experiencia. Ambas juegan la posición de alas abiertas, es decir, están en los extremos de la formación y son las corredoras. Francisco Muñoz, su entrenador, explica que no hay privilegios para ellas. "Entrenan al parejo y se les exige lo mismo; si se equivocan, se les regaña como a todos, aunque nunca falta el respeto por su condición". Elizabeth se muestra como una jugadora implacable: "No porque seamos mujeres significa que no vamos a golpear o a taclear; en este deporte el trato es fuerte, no puedo estar preocupada porque se me rompan las uñas, por ejemplo". Itzel agrega: "Es verdad que no se puede comparar la fuerza de un hombre con la de una mujer, pero si eres constante en el entrenamiento, puedes colocarte a su nivel". Esta es la primera temporada en la que ambas preparatorianas se cuentan dentro de la formación. ¿Y qué piensan los hombres? Aunque en algunos equipos de otras escuelas se admira a Elizabeth e Itzel por su valor, también hay quienes las ven por encima de esos gigantescos hombros que caracterizan a los jugadores de fut americano. Ellas se lo toman con buen humor: "Creen que nos espantan, pero la verdad, se ven graciosos; se les olvida que nosotras también podemos derribarlos". Fernando López, quarterback de Leopardos, explica: "Cuando llegaron, me sentí un tanto escéptico; creí que iban a llorar de cualquier cosa, pero me sorprendió porque aguantan las tacleadas mejor que muchos compañeros." "Se han ganado a pulso nuestro respeto y admiración", dice Óscar Villegas, linebacker. Los sueños Ahora que ya están en un equipo de americano, las aspiraciones de Itzel y Elizabeth son llegar a jugar en una liga intermedia y después, en una mayor. Ya saben que para ello necesitarán superar muchos obstáculos y prejuicios, pero no se arredran. Admiradoras de Troy Polamalu, defensivo profundo de los Acereros de Pittsburgh, no se les ha complicado estudiar y practicar el americano, y afirman que si no tuvieran buen aprovechamiento académico, no estarían en el equipo. Por las mañanas entrenan y por las tardes asisten a clases. Francamente, son ejemplo de disciplina.