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Fernando Muñoz Altea: "Detective" genealogista

El Universal
Domingo 12 de octubre de 2003
El investigador revela algunos apellidos de familias de linaje que existen en México, y explica cómo se comprueba la pureza de los nombres

Don Fernando se presenta a sí mismo como "investigador histórico", y al cabo de unos momentos, a sus interlocutores nos queda claro que, en su caso, dicho oficio no representa al típico hombre metido en las bibliotecas, entre pergaminos y fichas.

Fernando Muñoz es casi un investigador policiaco, que persigue el origen de las familias. Esto lo lleva a pequeñas iglesias, derruidos ayuntamientos y en la mayoría de las ocasiones debe viajar a España o Cuba para establecer los antecedentes más lejanos.

Para demostrar su efectividad, presenta documentos: actas de nacimiento de caballeros españoles, datadas en fechas tan tempranas como 1515, fes de bautizo de lejanas parroquias en antiguas poblaciones, escudos de armas de donde se derivan los oficios y reconocimientos de los patriarcas, en fin, una serie de pistas donde el ojo profesional puede relacionar a las personalidades entre sí y explicar por qué algunos apellidos tienen lustre y otros, simplemente no.

Originario de Madrid, España, Fernando llegó a nuestro país en la década de los años 60 y para 1976 había adquirido la nacionalidad mexicana.

"Estudié la licenciatura en Historia y poco después me topé con la genealogía, que es una de las herramientas básicas de esa ciencia. Con el tiempo y el estudio, esta disciplina terminó por apasionarme."

Según Muñoz, de 78 años, lo importante de una familia no es solamente el apellido (pues con el tiempo y las mezclas éstos se han extendido mucho) sino el linaje que cada grupo pueda probar a lo largo del tiempo.

Para que un apellido sea importante, necesita poder comprobar que a través de las generaciones sus miembros han sido hijos legítimos; con oficios honorables; personajes importantes en la sociedad de su tiempo y, en España hasta el siglo XVIII, que tuvieran "limpieza de sangre", es decir, que no estuvieran emparentados con judíos o musulmanes, explica.



Linaje en México

Uno de los principales mitos sobre las familias mexicanas, dice el historiador, es que durante la conquista llegaron a estas tierras grupos de criminales y gente con los peores antecedentes.

La entonces Nueva España era una tierra de promisión, a la que viajaban las familias con rancios linajes pero venidas a menos económicamente. Este era el lugar perfecto para recuperar una fortuna.

Así llegaron hasta aquí personajes como los Rincón Gallardo, Escandón y Mier, la familia De Teresa, cuyo linaje puede documentarse perfectamente desde el siglo XVI.

Muñoz dice que con el paso de las generaciones, muchas personas se "colgaron" del linaje de las familias principales por tener el mismo apellido, pero cuando se someten a las pruebas de la genealogía, no pueden acreditar formar parte del tronco principal.

Fernando comenta que, durante ciertas etapas de la historia, también se compraron títulos nobiliarios o certificados de limpieza de sangre, lo cual hay que documentar para establecer la legitimidad del linaje.

Cuenta que existe un grupo de familias porfirianas con importantes ancestros, algunas de ellas formaron parte de la corte de Maximiliano de Habsburgo: los Cortina, Monasterio, Icaza, Ovando, Gálvez, Cervantes, Calderón, Rivas y los Sánchez Navarro, quienes, con los citados más arriba, podrían considerarse los linajes más ilustres.

Para que un apellido pueda aspirar a un lugar entre ellos, las frondosidades de su árbol genealógico deben llegar por lo menos a 1800.

Aclara que siempre que se quiera conocer el linaje de una familia, hay que realizar un estudio especializado. Hay personas que sólo se basan en el apellido, pero existen apellidos oscuros que luego de estudiarse resultan tener mucho lustre o a la inversa. (A. Ávila)

TRAYECTORIA

Fernando Muñoz Altea es periodista, escritor, conferencista y paleógrafo (interpreta letras y símbolos antiguos que ya no son fáciles de leer en nuestros días).

Ha sido distinguido como Caballero Mozárabe, con el Lábaro Ecuménico; Rey de Armas de la Real Casa de Borbón Dos Sicilias (desde 1962) y Gran oficial de la Orden de la Estrella de Etiopía.

Es miembro del Instituto Internacional de Genealogía y Heráldica.

Ha escrito más de siete mil artículos sobre temas históricos, de heráldica y genealogía y posee una amplia biblioteca especializada en esos temas.



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