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LA PAZ

Un nuevo proyecto minero causa polémica en La Paz, Baja California Sur, ante posibles riesgos de contaminación del agua y afectaciones a la salud, según advirtieron especialistas y organizaciones civiles.

Se trata del proyecto San Antonio, perteneciente a la compañía La Pitalla —subsidiaria de la canadiense Argonaut Gold— que pretende extraer oro de la localidad de Los Planes, ubicada a 40 kilómetros al sureste de la capital del estado.

Especialistas advirtieron del riesgo de contaminación del acuífero, de las afectaciones a la salud por el uso de sustancias tóxicas y la incompatibilidad con el plan de desarrollo urbano de la ciudad, que establece como actividades económicas prioritarias el turismo y la agricultura y deja fuera a la minería.

De acuerdo con datos de la empresa, obtuvo 15 concesiones —una superficie de 46 mil hectáreas— del gobierno federal para la explotación del mineral. No obstante, plantea trabajar en este proyecto en un polígono de 759 hectáreas, de las cuales afectarán 527 con desmonte, instalación de oficinas y planta de lixiviación.

Los ejidatarios de la zona de Los Planes, San Antonio y San Luis han aceptado el proyecto, vendiendo o rentando sus terrenos y con la promesa también de la generación de 350 empleos directos.

La compañía calcula extraer alrededor de 37 millones de toneladas de oro en 10 años de operación de la mina. Para ello, deberá extraer 115 millones de toneladas de material estéril. Para la acumulación de los desechos, se prevé la construcción de una presa de jales.

Conflicto por el agua

Uno de los temas más sensibles para la población sudcaliforniana es el agua. Baja California Sur pertenece a la región hidrológica considerada en “estrés hídrico” por la Comisión Nacional del Agua (Conagua). Los habitantes resienten cada año una menor disponibilidad del recurso, situación que se acentúa en las temporadas de sequía.

El proyecto minero San Antonio es el segundo de este tipo que causa polémica en la población ante la posibilidad de afectar sus recursos hídricos. El primero fue Concordia, que buscaba operar una mina de oro a cielo abierto en la zona de amortiguamiento de la Reserva de la Biosfera Sierra de la Laguna, considerada el “pulmón” de BCS y la principal fuente de abastecimiento de agua para La Paz y Los Cabos.

Ciudadanos, investigadores, médicos y diversas organizaciones civiles, entre ellas el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, Niparajá, Medio Ambiente y Sociedad, y Agua vale más que oro, han emprendido una férrea campaña contra las compañías mineras y cientos de personas han apoyado las manifestaciones en contra de la extracción de oro a cielo abierto en esta región, ante el temor, sobre todo, de la contaminación de los mantos freáticos.

Para el especialista en Geohidrología del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, Arturo Cruz Falcón, el riesgo de esta actividad es la exposición del arsénico en las rocas, acción que se presenta tras la trituración necesaria como parte del proceso en este tipo de minería. Esta exposición ocasiona contaminación al subsuelo, una vez que ocurre el “lavado” natural que se da con el tiempo.

Otro aspecto importante —refiere— es la construcción de una presa de jales, que de acuerdo con la experiencia internacional se ha comprobado el peligro por los derrames que pueden presentarse.

“Es una bomba de tiempo. Si ocurre un desastre natural fuerte, como han pasado aquí, un huracán, cualquier evento de este tipo, las membranas que recubren (la presa) pueden romperse. Esto es gravísimo porque se infiltraría al subsuelo. A eso hay que sumar la poca disponibilidad de agua que tenemos, la contaminación natural por intrusión salina y la población creciente”, advierte el especialista.

Alerta por casos de cáncer

A su vez, el médico cirujano Alejandro Carballo, integrante del Colegio de Médicos del estado, refiere que, de acuerdo con los datos de la Secretaría de Salud local, en la entidad se ha comprobado que de cada 10 casos de cáncer detectados, al menos cinco se tratan de personas que en algún momento tuvieron contacto con la actividad minera en la región sur de la región, que tuvo su auge a finales del siglo XIX.

“Esas regiones del El Triunfo y San Antonio ya están contaminadas por la exposición del arsénico que se encuentra de forma natural en las rocas. Se pueden producir entre otras afectaciones a la salud, la dermatitis arsenical o el arsenicismo crónico causante de más de 20 lesiones de cáncer en piel”, afirmó.

Por su parte, Mario López, abogado del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), consideró que uno de los argumentos contundentes para que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) rechace la solicitud de autorización de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) —actualmente en trámite— es la incompatibilidad con el Plan de Desarrollo Urbano del municipio de La Paz, el cual no contempla las actividades mineras en esta región, sino la agricultura y el turismo.

Agregó que “si la Semarnat quisiera” podría desechar este trámite “mañana mismo”; sin embargo, de no ser así existen otros argumentos, dijo, como el principio de precaución que podría aplicarse ante la falta de certeza de que no se causará daño al ambiente o al acuífero.

El abogado abundó que lo que han venido a demostrar tanto la compañía La Pitalla, como Concordia —de la estadounidense Vista Gold, a la que la Semarnat negó el permiso de cambio de uso de suelo— es que las comunidades rurales de la zona “están en completo abandono y ven en la minería una vía para salir adelante pese a los riesgos”.