TIJUANA

Las dificultades para hacer llegar cargamentos de droga a esta región han generado que un pequeño sector de compradores o consumidores opten por “importarla” desde Estados Unidos, dijo el secretario de Seguridad Pública estatal, Daniel de la Rosa Anaya.

Explicó que “se trata de un fenómeno de mutación que no ha desplazado el narcotráfico hacia el vecino país o de Centro y Sudamérica a esta frontera y que las autoridades estadounidenses han reportado dos decomisos recientes en la garita de entrada de San Ysidro, California, a Tijuana”.

En uno de los casos incautaron cristal y en el otro 66 kilogramos de mariguana que el secretario de Seguridad considera cargamentos pequeños, pues sostiene que la mayor parte de los decomisos han sido desde el sur de México o de Centro y Sudamérica que regularmente llegan a esta frontera, tocando antes Colima, Michoacán y Jalisco. “La dificultad de la obtención de la droga para poderla vender libremente aquí en Tijuana o en el resto del estado generó el tráfico de norte a sur”, considera el funcionario.

Detalló que algunos consumidores han optado por comprar mariguana proveniente de plantíos estadounidenses, pero en entrevistas por separado el comandante de la Segunda Zona Militar, Gilberto Landeros Briseño, y el delegado de la Procuraduría General de la República, Fermín Gómez Gómez, negaron el fenómeno.

Daniel de la Rosa Anaya reveló que de acuerdo con las autoridades estadounidenses que incautaron la droga, ese tipo de delincuentes tienen compradores que aceptan pagar más por el enervante.

El tráfico de norte a sur no es muy común, pero en la realidad que tiene Tijuana es muy factible porque como no hay un control en cada una de las zonas porque a veces los propios distribuidores de menudeo se han atacado, y eso porque no hay una posibilidad de que se pueda fortalecer por el golpe constante de las corporaciones, por los decomisos y los aseguramientos inclusive de sus armas, dijo.

Sin visos, del crimen organizado

El secretario de Seguridad Pública de Baja California, Daniel de la Rosa Anaya, sostiene que no se ha detectado en este tipo de tráfico la participación de algún grupo criminal conocido, y sí de individuos que se dedican a la distribución de cantidades pequeñas a clientes específicos, incluso a costos mucho mayores que los conocidos y que no pagan “piso” por esta actividad.

Esto, admite De la Rosa Anaya, demuestra que existe interrelación entre las bandas criminales que operan en Baja California y las de California.

Daniel de la Rosa Anaya asegura que los dos casos referidos son los que ha reportado la autoridad estadounidense en lo que va del año, aunque lo más probable es que haya otros.

Pese a los datos precisos señalados por el funcionario estatal, el comandante de la Segunda Zona Militar, Gilberto Landeros Briseño, rechaza que exista la posibilidad de tráfico de norte a sur porque simplemente el precio es mucho mayor en el vecino país.

Un kilogramo de mariguana que en Tijuana puede alcanzar el precio de 6 mil pesos, en San Diego, California cuesta 12 mil pesos, y en Los Ángeles llega al triple, y mientras más al norte se eleva más, al igual que otras drogas, señala el comandante.

Trasiego más al sur

Otro cambio que se ha registrado como producto de los operativos coordinados entre autoridades civiles y militares es la modificación de las rutas de los grupos del narcotráfico, según han constatado el Ejército mexicano y las autoridades policiacas, comenta Daniel de la Rosa.

Refiere que el incremento de la vigilancia policiaca y militar es lo que ha obligado a desviar el trasiego hacia poblados que se ubican más al sur.

Los cargamentos llegaban vía terrestre hasta esta frontera, o a las costas de Playas de Rosarito, pero ahora es cada menos frecuente y en contraparte hay más tráfico por el sur, incluso por la costa de San Quintín en Ensenada, ubicado a 500 kilómetros de la frontera.

La muestra de esto fue el megaplantío de 120 hectáreas de mariguana que los militares descubrieron al sur de ese poblado, explica el secretario de Seguridad estatal.

“Es un ejemplo claro de que (los narcotraficantes) ya no traen una consolidación aquí en el estado y que están aprovechando áreas más de poca afluencia poblacional que la vigilancia es menor”, dice.

El funcionario destacó que esto se percibe muy claro en poblados de Baja California Sur.