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“Primero dialogamos, pero luego nos dispararon”

Marcos Muedano / Enviado| El Universal
Jueves 15 de diciembre de 2011

CHILPANCINGO. Menos de 30 minutos bastaron para que empezara el caos, cuenta un testimonio de los hechos del lunes pasado. “Cerca de las 11 de la mañana el encargado de Gobernación, Moisés Alcaraz, nos empezó a preguntar las inquietudes... nosotros les pedíamos que se cumplieran las demandas de mejoras”, narra Joel Martínez, estudiante de la Normal de Ayotzinapa.

“Después de preguntarnos, no pasaron 10 minutos en que representantes del gobierno estatal nos solicitaron que dialogáramos”.

A sus 23 años, el joven que cursa una licenciatura de Educación Primaria explica que luego de ese diálogo arribaron policías federales a “amenazarlos”. “Llegaron en una camioneta con ocho elementos, traían armas y con los toletes nos comenzaron a amenazar para que quitáramos la manifestación, ya que sino, nos iban a desalojar”, comenta Joel Martínez.

Otro de los alumnos que estuvieron presentes en el enfrentamiento comenta que luego de que se retiraron los policías federales, llegó un grupo antimotines y después otro de policías ministeriales que “comenzó a rodearnos”.

Al recordar los hechos en los que fallecieron dos des sus compañeros, Carlos, estudiante de la normal, cuenta que llegaron más federales que se dispersaron en ambos sentidos de la Autopista del Sol. Al verse acorralados, reconoce que juntaron piedras hasta que el estruendo de un arma los hizo retroceder.

“Decían que si no nos quitábamos nos iban a desalojar, y comenzamos a juntar piedras; los policías que estaban en la parte de derecha aventaron un proyectil, una bomba de gas: nos echamos para atrás”.

Tras disparar los gases, dice, se oyeron detonaciones de arma de fuego que pensaron que eran de “salva”; pero luego vieron que las balas se impactaron en una gasolinera. “Íbamos desarmados, juntamos piedras para defendernos y cerramos la avenida con los autobuses para evitar que nos impactaran las balas”, dijo Carlos, de 21 años.

Al verse en un fuego cruzado, asegura, trataron de replegarse, pero no fue suficiente porque dos de sus compañeros fueron alcanzado por las balas. “Cuando tratamos de levantar los cuerpos de nuestros compañeros, ministeriales nos lo impidieron y nos dijeron que esa era la misma suerte que nos tocaría, por lo que corrimos y a tratamos de refugiarnos en los cerros”.



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