CUERNAVACA. La última ocasión que Jethro fue visto con vida estaba esposado, vendado de los ojos, hincado atrás del recinto ferial de Cuernavaca y custodiado por elementos de la Policía Federal (PF). Desde el 1 de mayo pasado, sus familiares lo buscan en fiscalías estatales y federales; nosocomios, anfiteatros y en fosas clandestinas.

Jethro es parte de las más de mil 300 personas desaparecidas que registra la Procuraduría General de Justicia del estado desde 2007.

Ese domingo Jethro, de 26 años, salió a jugar futbol, departir con sus compañeros y luego acudir a la feria de Cuernavaca. Pero uno de sus amigos, Horacio, se peleó con un mesero y la riña provocó la intervención de la Policía Municipal.

La bitácora oficial, cuya copia tiene EL UNIVERSAL, cita que Jethro se ostentó como gente de Julio de Jesús Radilla, conocido como El Negro, ex líder del Cártel del Pacífico Sur, capturado a finales de mayo pasado, y por eso la policía municipal lo entregó a él y su amigo a la PF.

Al día siguiente comenzó la búsqueda de Jethro sin resultados positivos. Sus familiares se contrataron con un abogado y decidieron presentar un amparo para exigir a las distintas corporaciones informes sobre el paradero del joven.

El pasado 25 de mayo, un juzgado de distrito donde se ventila el recurso de amparo integró en el expediente la carpeta de investigación SC01/3782/2011, con las declaraciones de los policías federales que participaron en el arresto. Los elementos de la Policía Federal declararon que los jóvenes fueron entregados a soldados de la 24 zona militar, específicamente al “Teniente Guerra”, quien arribó con tres unidades del Ejército con matrículas 0821307, 0821303 y 0821362.

El informe que rindió el comisario de la PF, Reynaldo Antonio Méndez, único que habló con los militares, cita que el “Teniente Guerra” “vestía de civil con pasamontañas de color negro, gorra militar”. Y cuando los policías federales le pidieron que se identificara se negó a “dar sus datos argumentando razones de seguridad”.

Horacio, de 36 años de edad, detenido junto con Jethro, declaró que estando sometido por la Policía Federal se le acercó un hombre vestido con pantalón camuflajeado y botas de militar. A Jethro, dijo, lo subieron en un camioneta diferente y no supo de su paradero porque a él lo llevaron a una casa de seguridad donde lo interrogaron. Finalmente lo liberaron por la noche en el poblado de Coatetelco, municipio de Miacatlán, al sur del estado, luego de ser sometido a tortura sicológica y física.

La última semana de mayo, la 24 zona militar envió un oficio al juzgado sexto de distrito, firmado por el comandante Leopoldo Díaz Pérez, en el que asegura que esa dependencia no “desplegó ningún destacamento en el recinto ferial de Acapatzingo (Cuernavaca)” y que no existe la unidad 0821307.

La desaparición

De acuerdo con testimonios e informes policiales, Jethro amenazó al comandante Manrique González, subdirector de las Fuerzas Especiales de la Secretaría de Protección y Auxilio Ciudadano de Cuernavaca, con matar a mandos policiacos si no le llevaba a los meseros de la taquería con los que habían reñido.

González Acosta tomó del brazo a Jethro y sin resistencia lo llevó a la puerta principal del recinto y en el trayecto pidió a un agente municipal llamar a la Policía Federal, cuyos elementos arribaron de inmediato.

El subdirector de la Policía de Cuernavaca entregó a los agentes de la Policía Federal y atestiguó el ingreso de unidades militares.

Horacio y Jethro estuvieron bajo vigilancia de la Policía Federal a las afueras del Palenque hasta que llegaron elementos de la 24 Zona Militar; de una unidad castrense descendió una persona a la que los soldados llamaban “Teniente Guerra”, quien ordenó a los militares “que bajaran vendas de sus unidades para vendar a los detenidos en la cara; al primer sujeto (Horacio) lo subieron a la unidad 0821307 y al otro (Jethro) a la 0321362”, dice el informe que obra en el expediente judicial. Eso lo último que se supo de él.

La desaparición del joven recrudeció la protesta social en Cuernavaca luego del crimen de siete personas en marzo, lo que derivó en dos marchas por la Paz y la Justicia con Dignidad y la Caravana hacia Juárez, Chihuahua, que salió de Cuernavaca ayer.