JUCHITÁN

En el municipio zoque de San Miguel Chimalapa crece el encono y se polariza la tensión como resultado del conflicto postelectoral que surgió desde octubre pasado, después de que el Tribunal Electoral de la Federación invalidó el triunfo del priísta José Medel.

“En San Miguel no hubo elecciones, fue una farsa. Nomás citaron a los priístas a una asamblea y elaboraron un acta que decía que ellos habían ganado la presidencia”, denunció el líder perredista Roque Sánchez.

La elección del gobierno municipal de San Miguel Chimalapa debió realizarse bajo el sistema de usos y costumbres, sin embargo, los contendientes José Medel y Marcos Cortés terminaron por llevar la disputa al terreno de los partidos.

Derivado de ese conflicto, la población del istmo de Tehuantepec, la industria, el comercio y los servicios sufrieron los estragos de dos bloqueos sobre las carreteras Panamericana y Transístmica que organizaron grupos afines al Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Los priístas incomunicaron a Oaxaca con Chiapas y Veracruz con sendos bloqueos durante el lunes y martes pasados, rechazaron un nuevo proceso electoral extraordinario y exigieron el reconocimiento de su ex candidato, José Medel, como presidente municipal.

El 20 de febrero estaba programada la elección extraordinaria para elegir alcalde. El proceso se suspendió porque los perredistas y petistas impidieron el ingreso del personal del Instituto Electoral que llevaba la paquetería, con un bloqueo en la carretera estatal.

Mutuas acusaciones

Tras la suspensión de la elección extraordinaria, el conflicto detonó con balaceras en la población, con acusaciones mutuas entre priístas y opositores, y con un largo bloqueo sobre las carreteras que obligó a la intervención del gobierno aliancista.

El subsecretario de Desarrollo Político del gobierno oaxaqueño, Óscar Cruz López, se reunión inicialmente con los priístas quienes acusaron que funcionarios del gobierno de Gabino Cué “todavía no se despojan de la camisa amarilla del PRD y dividen a los zoques”.

Mientras que los perredistas encabezados por Roque Sánchez le reclamaron la pasividad del gobierno oaxaqueño “ante las provocaciones de los priístas que con la fuerza del dinero y de las armas quieren controlar al pueblo de San Miguel”.

Analizan salidas

El conflicto de San Miguel Chimalapa es uno de los 29 que aún prevalecen en la entidad y que están en la mesa de diálogo, pero que está considerado foco rojo. Las partes en conflicto al menos reconocieron que “no hay condiciones para una nueva elección”.

Cruz López adelantó que el conflicto será sustraído de la competencia del Instituto Estatal Electoral (IEE) para que sea retomado por el Congreso local.

Los legisladores locales Carol Antonio Altamirano, del PRD, y Francisco García López, del PRI, estudian la conveniencia de establecer en San Miguel la figura del Concejo Municipal, que estaría integrado por representantes de las fuerzas políticas que se disputan el poder.

Priístas y opositores prácticamente dieron su aval a esa figura, con el objeto de poner fin al conflicto que tras el bloqueo de las carreteras dejó pérdidas superiores a los 100 millones de pesos, de acuerdo con estimaciones del sector privado.

Ambos grupos, sin embargo, no se ponen de acuerdo en torno a quién encabezará el Concejo Municipal. “Le corresponde a José Medel porque ganó las elecciones”, dicen los priístas. “Le toca a Marcos Cortés porque tiene el apoyo del pueblo”, argumentan los perredistas.

Los priístas y sus opositores están atorados, aunque coincidieron en que no permitirán que sean gobernados por el administrador Roberto García Raymundo, nombrado por el Congreso y cuya gestión concluirá a fines de marzo.

Condenan bloqueos

El subsecretario Óscar Cruz López condenó los bloqueos de carreteras “porque provocan pérdidas económicas”, aunque admitió que tuvieron su razón de ser en el pasado, cuando el autoritarismo priísta de los años 70 cerraba cualquier posibilidad de diálogo.

“Hoy es diferente porque hay un gobierno de alternancia que escucha y, sobre todo, que en ningún momento echó mano de la policía para desalojar a los indígenas zoques de las carreteras Transístmica y Panamericana”, dijo ante los chimalapas reunidos en Juchitán.

Los bloqueos de carreteras prácticamente nacieron en esta ciudad del sur de Oaxaca, a mediados de los años 70, con el surgimiento de la Coalición Obrera Campesina Estudiantil del Istmo, que reclamaba el respeto a la voluntad popular.