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Coraje y desconfianza imperan en Le Barón

Luis Carlos Cano Corresponsal| El Universal
Viernes 10 de julio de 2009
En medio del dolor, sepultan a Benjamín y Luis Carlos

GALEANA, Chih.— En medio del dolor y un reclamo de justicia, los habitantes de Le Barón y Galeana sepultaron ayer a dos de sus hijos, dos hombres, que aseguran, el único delito que cometieron fue defender los derechos de su comunidad, los lebarones del municipio de Galeana.

El pueblo entero se unió a la pena de las familias Le Barón y Widmar; en esta ceremonia luctuosa para dar sepultura a Benjamín Le Barón y Luis Carlos Widmar la respuesta de la gente fue contundente, cientos de ellos se congregaron para darles el último adiós.

Al homenaje de Benjamín y Luis Carlos acudió más de la mitad de los habitantes del municipio integrado por alrededor de 5 mil personas. Sin embargo, aún con ese respaldo de sus coterráneos, el dolor de la familia por la pérdida de sus miembros es mucho; la esposa de Benjamín y hermana de Luis Carlos, la señora Miriam Widmar, no dejaba de estar frente a los ataúdes que guardaban los restos de sus seres queridos

Frente a los ataúdes

Al amanecer de este jueves, Miriam, sola en la enorme sala donde estaban los ataúdes, permanecía unos minutos frente al féretro de su hermano Luis Carlos, en otros, junto al de su esposo Benjamín; dos pérdidas en la familia al mismo tiempo; a ambos los acariciaba mientras les expresaba palabras de cariño, les acomodaba la corbata, el saco. Les reiteraba el amor que sentía por ellos y la falta que le harían en adelante.

Momentos después se le unió su cuñada Rosa Emma Jones, esposa de Luis Carlos, quien con un rostro demacrado expresa sus sentimientos con un llanto en silencio por su pareja, el padre de sus cinco hijos.

“Sentimos dolor por estos crímenes, pero es más el coraje que sentimos por esta injusticia contra dos hombres honestos y trabajadores”, señalan familiares y amigos de Benjamín Le Barón y Luis Carlos Widmar.

Uno de los que no duda en expresar su enojo por el asesinato de su hermano Benjamín, es Julián, quien reitera que más que sentir dolor, siente coraje por el artero crimen, cometido la madrugada del martes.

Dejaron 10 huérfanos

“Mataron a dos inocentes y dejaron a 10 huérfanos; los que mataron a mi hermano no tienen sentimientos, no tienen padre, no tienen madre”, expresa con gesto de impotencia al no saber quiénes son los responsables y si algún día serán detenidos.

“La verdad sí hay desconfianza en las autoridades. Nos han ayudado, vemos que están trabajando, pero la verdad la desconfianza es mucha; hemos sido ofendidos con estos asesinatos”, dice cuando se le pregunta si confía en la autoridad.

Asimismo, se manifiesta de acuerdo en que el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por su sigla en inglés) de Estados Unidos, colabore en las investigaciones.

Su tío Luis Carlos va más allá, dice que unos sobrinos de la Universidad de Berkeley, en California, contemplan pedirle a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que le exija al gobierno mexicano que aclare estos crímenes y brinde seguridad a los habitantes de la región noroeste del estado.

Reyes Baeza ofrece solución

Mientras la familia vela los restos de Benjamín y Luis Carlos casi a las nueve horas llega el gobernador de Chihuahua, José Reyes Baeza Terrazas, a platicar con los deudos. Ofrece solución y anuncia que el caso es atraído por la Procuraduría General de la República (PGR).

Después de media hora de estar con la familia de Benjamín y Luis Carlos, el gobernador sale y dice que la familia está muy dolida, sentidos, “pero estamos para apoyarlos por que han sido víctimas de esta guerra de grupos del crimen organizado”.

La visita de amigos y más familiares sigue en la sala de velación, más tarde los cuerpos son trasladados a Le Barón, donde surgió esta comunidad de origen mormona en Estados Unidos; ahí, por casi cuatro horas les rinden honores, destacan sus cualidades, les rezan, les cantan y ya por la tarde salen de nuevo a Galeana seguidos de cientos de personas, decenas de vehículos que van a darles el último adiós.

Ahí, luego de algunas palabras de aliento a la familia por parte de amigos y gente de otras regiones del estado, como de El Sauz y la ciudad de Chihuahua, la familia se despide de Benjamín y Luis Carlos; sus esposas y los cincos hijos de cada uno colocan una flor sobre el ataúd para despedirlos.

Las señoras Rosa Emma y Miriam y los pequeños descendientes, con los ojos rojos por el llanto y el dolor dentro del alma, ven descender los féretros lentamente a lo que será la última morada de estos dos hombres de Le Barón que movieron a toda una comunidad para luchar contra la injusticia y la delincuencia.

 

 



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