CUERNAVACA, Mor.— De entre las cruentas historias que se cuentan sobre la migra de Estados Unidos, surge el caso del indocumentado Ernesto Alejandro Rebollar Aguilar, como un acto de reivindicación de los agentes estadounidenses.

Detenido por los agentes extranjeros, Ernesto fue diagnosticado con insuficiencia renal y el Departamento de Migración y Naturalización de ese país sufragó los gastos de su atención, incluyendo varias hemodiálisis ante el avanzado daño de sus riñones, hasta que regresó a Cuautla.

Su historia comenzó a principios de 2006, al dejar su casa para cruzar el desierto. Iba dispuesto a jugársela, dice, con el afán de mejorar la situación de su familia, pero el destino le jugó un drástico cambio en sus planes, hasta ponerlo al borde de la muerte.

De oficio tablajero, Ernesto señala que logró vivir con su enfermedad más de un año, hasta que la migra lo detuvo en las calles de Filadelfia, en abril de este año.

Lo encarcelaron durante tres meses hasta que en agosto pasado descubrieron que sufría insuficiencia renal. “Me mandaron hacer análisis y me dijeron que ya andaba en las últimas, que mis plaquetas estaban muy bajas, que si me dejaban venir así me iba a morir en el camino. No me dejaban venir hasta que ya estuviera en pie”.