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Pierden la vida por salvar a un nieto

JULIETA MARTÍNEZ/CORRESPONSAL| El Universal
Viernes 22 de junio de 2007
Un matrimonio de Tlaxcala buscaba llegar a EU; ahí trabajarían para ayudar con la medicina y alimentación especial del hijo de su primogénito, con deficiencia hepática

TIJUANA, BC.--- El deseo de ayudar a su hijo con la atención médica de su nieto costó la vida al matrimonio Arenas Berriel, originario de Huamantla, Tlaxcala.

Un año tres meses después de que se extraviaron en la zona montañosa de Tecate, grupos de rescate ubicaron sus cuerpos, incompletos, en la misma área donde habían sido buscados sin éxito cuando se separaron de un grupo de indocumentados que pretendía cruzar a Estados Unidos.

Se desconoce la causa de la muerte de José Marino Jorge Arenas Castillo y su esposa Irma Berriel López, quienes pudieron sucumbir por el frío y las nevadas que azotaban la entidad, por una caída en el terreno escabroso, el ataque de algún animal o hasta víctimas de delincuentes que abundan en la zona y asaltan a migrantes.

Lo cierto es que el hijo mayor del matrimonio tuvo que sufrir el dolor de viajar a esta frontera por los restos de su padre, a quien identificó por una placa metálica que tenía en una pierna y las credenciales halladas entre las ropas cercanas al curpo.

El joven y su familia tendrán que esperar otros dos meses para que un estudio de ADN determine si los restos encontrados junto al hombre pertenece a su madre.

La historia

Irma Berriel y Jorge Arenas, de 42 y 46 años, llegaron a esta frontera en marzo de 2006 con la idea de cruzar a Estados Unidos; ahí pretendían trabajar para ayudar a su primogénito con la atención médica de su pequeño, que nació con insuficiencia hepática.

Los gastos en medicinas y alimentación especial para el bebé rebasaron los ingresos de una carpintería familiar y la venta de cosméticos y dulces que hasta entonces habían sido suficientes para su manutención. Así, la pareja decidió probar suerte en Estados Unidos. Viajó con ellos su hijo menor, un joven preparatoriano.

Primero cruzaron a Estados Unidos por San Luis Río Colorado, Sonora, pero fracasaron cuando elementos de la Patrulla Fronteriza los detuvieron y deportaron por Mexicali. Ahí contactaron a un guía que los llevó por la zona montañosa de Tecate. Iban con un grupo de unas 15 personas, entre ellos su hijo.

El 8 de marzo decidieron probar de nuevo. Hacía mucho frío, pero aun así se aventuraron y un autobús los llevó de Mexicali hasta el kilómetro 59 de la carretera Mexicali-La Rumorosa, en el arroyo la Gloria. Iniciaron una caminata de 20 kilómetros que los guías advirtieron duraría 10 horas por lo escabroso del terreno.

Apenas habían recorrido poco más de un kilómetro cuando la mujer se sintió cansada y quiso descansar, pero los guías se negaron a detenerse por lo que propusieron que regresara aprovechando que la carretera estaba cerca. La acompañó su esposo y uno de los "coyotes". Fue la última vez que se les vio con vida.

Con apoyo de los grupos Beta de Tijuana, Tecate y Mexicali se hicieron recorridos en jornadas de hasta 10 horas, pero sin éxito porque las nevadas de esos días dificultaron la búsqueda de por sí complicada.

Un hermano de la mujer, Francisco Berriel, viajó hasta esta frontera para ayudar en los operativos.

El hallazgo

La Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) reportó que el hallazgo de los restos de José Marino Jorge Arenas Castillo se logró durante la búsqueda de un par de migrantes originarios de Puebla, en la zona montañosa de La Rumorosa.

Elementos del Grupo Beta de Tecate, Tijuana y Mexicali que participaron en los recorridos informaron del hallazgo en el cañón Las Palmas, ubicado cerca del kilómetros 52 de la carretera Mexicali-Tecate.

Un teléfono celular salvó a los poblanos José Luis Pérez Contreras y Constantino Pérez, quienes, extraviados y abandonados por el guía que los llevaba a Estados Unidos, alcanzaron a llamar a la esposa del primero hasta Puebla, quien a su vez dio la voz de alarma al Grupo Beta de Tecate.

Luego del reporte, los rescatistas iniciaron una búsqueda que se prolongó dos días y que dio como resultado el recate de los dos hombres que se encontraban deshidratados y lesionados, y el hallazgo del matrimonio.



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