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"Justicia, que ya nos los entreguen"

Hilda Fernández Valverde| El Universal
Lunes 19 de febrero de 2007

NUEVA ROSITA, Coah.- Al cumplirse un año de la tragedia, familiares de los 65 mineros muertos por la explosión de la mina Pasta de Conchos revivieron el dolor por la pérdida de sus seres queridos, exigieron les entreguen los cuerpos y acusaron a la empresa Industrial Minera México, S.A. (IMMSA) de dilatar los trabajos para recuperar los restos de los 63 trabajadores que siguen sepultados en el interior del tiro.

A 12 meses del accidente, sólo dos cuerpos recuperados. "¡Justicia!, ¡Justicia!"; que "ya nos los entreguen", es la demanda unánime de los deudos, amigos y parientes de los fallecidos. Asimismo, exigieron castigo con cárcel a los culpables de la explosión.

Para cobrarse el daño irreparable que les hicieron, Elvira Martínez sentenció: "Ellos nos quitaron lo que más queríamos, ahora nosotros queremos quitarles a ellos (a los dueños de IMMSA), lo que más quieren: la concesión (minera)".

Acusó a la compañía de haberles mentido, desde un principio, cuando les dijeron que sus familiares estaban vivos, pese a que no era cierto, y de no poner atención al rescate.

Los deudos reclaman que traigan expertos extranjeros para desgasificar la mina y pronto les devuelvan los restos de sus seres queridos para sepultarlos.

Con una vigilia de oración hasta las dos de la madrugada de este lunes, una misa concelebrada con dos sacerdotes que a las 9:00 horas de hoy oficiará el obispo de la diócesis de Piedras Negras, Alonso Garza Treviño y una caminata, recordarán a los ausentes.

Ayer, una caravana de vehículos encabezada por el obispo de la diócesis de Saltillo, Raúl Vera López, procedente de Monclova, y gente de Pastoral Social de diversas partes del estado, así como de Chihuahua y la ciudad de México, llegaron por la tarde al campamento instalado afuera de Pasta de Conchos.

Ahí, a través de un aparato de sonido, mujeres, hijos y padres de los carboneros expresaron su sufrimiento: "Ya queremos que nos los entreguen, ahora nos sobra dinero, pero de qué nos sirve tener dinero si no tenemos con quién compartirlo", dijo una de las viudas.

Relató que desde ese domingo de la explosión, su familia ya no es la misma. "Nos preguntan que si comemos, pero las tortillas y los frijoles no nos saben, ya no tenemos tranquilidad, ha sido muy difícil ir y venir todos los días (a la mina)", agregó.

"Quedamos destrozados, el esposo, el padre, ya no está, no hay quién les dé un consejo a mis hijos", dijo María del Refugio viuda de Mijares. Refirió que se dieron cuenta de las ganancias millonarias que obtiene la compañía y que, por primera vez, en 2006 se entregaron utilidades a los mineros.

Pidió que la muerte de su esposo y de sus compañeros no quede impune y además sirva para que se otorgue un salario justo a los hombres que arrancan la riqueza de las entrañas de la tierra.

Yolanda Ramos, quien llora la pérdida de su hijo, clamó justicia. "Quería decir muchas cosas, pero no pude", comentó.

En la cerca se colocaron mantas y arreglos florales, al centro estaba el del líder depuesto del sindicato minero nacional, Napoleón Gómez Urrutia y de varias secciones sindicales.

Luis Barrera, quien perdió a su padre, criticó a Juan Rebolledo, de IMMSA, por las declaraciones en las que aseguró que nunca se había dado tanto dinero por la muerte de un trabajador, en referencia a los 750 mil pesos de ayuda humanitaria que se entregó a cada viuda.



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