Los mensajes que en los últimos meses aparecieron en el país junto con cadáveres de "ejecutados" -en su mayoría decapitados o mutilados- son un enigma para las autoridades que dicen desconocer su procedencia y se niegan a atribuirlos de manera directa a narcotraficantes, pero admitieron que son signos de una ofensiva criminal que alarma y debe preocupar a la población.

"Sí hay de qué preocuparse, pero no hay que relacionarlos con ninguna de las formas del crimen organizado. No podemos decir si son mensajes de traficantes o no lo son", dijo el procurador de Justicia de Guerrero, Eduardo Murueta Urrutia.

Para el criminólogo Jesús Cureces Ríos y el antropólogo Víctor Clark Alfaro, estas expresiones de violencia y saña son prueba de que "ya no hay límites para una delincuencia que ya tiene el control de la situación".

Los mensajes, escritos de manera burda sobre cartulinas, aparecieron inicialmente en Guerrero junto con dos cabezas colocadas en la colonia La Garita, en Acapulco, escenario de un tiroteo entre agentes municipales y desconocido fuertemente armados. Las cabezas eran de dos policías que intervinieron en ese tiroteo, el 27 de enero pasado.

En este año, en Guerrero se han colocado seis mensajes, tres de ellos con la cabeza de sus víctimas y uno junto a un cadáver cercenado firmados por el grupo de Los Zetas, brazo armado del cártel del Golfo. Otra cartulina firmada por la banda de Los Pelones fue dejada junto a un hombre muerto a balazos.

En otro mensaje, colocado en el parabrisas de un taxi cuyo propietario fue asesinado a balazos en Coyuca de Catalán, en la Costa Grande, sus autores indicaban que ellos no mataban niños, mujeres ni inocentes, pero advertían sobre el peligro de utilizar vidrios polarizados en los vehículos porque sus ocupantes podrían ser confundidos.

También en Michoacán se multiplicaron los mensajes, tres de ellos junto con cabezas cercenadas en el municipio de Tepalcatepec y otro junto con cinco cabezas lanzadas el 5 de septiembre pasado en la pista de baile de un bar de Uruapan. En esa ocasión, las víctimas fueron involucradas en el asesinato y degüello de una mujer, el 3 de septiembre también en Uruapan.

Murueta Urrutia admitió que la procuraduría de Guerrero no tiene elementos para afirmar que los mensajes sean elaborados por narcotraficantes, empero han causado temor entre la población. Sin embargo, el director estatal de la Policía Investigadora Ministerial (PIM), Erit Montúfar Mendoza, recomendó que mensajes como el del peligro de utilizar autos con vidrios polarizados "debe la gente tomarlos en cuenta y adoptar sus precauciones".

El procurador de Guerrero dijo que es importante considerar que esos mensajes, aunque son acompañados de homicidios "graves e impactantes", dan a conocer que no buscan dañar a la población, sino que el enfrentamiento es entre ellos. "Yo he recomendado a la sociedad que no se inmiscuya en asuntos de delincuentes, que los habitantes permanezcan tranquilos y hagan su vida normal", añadió.

Evoluciona la delincuencia

Las constantes ejecuciones y asesinatos, cada vez más crueles y sanguinarios en diversos puntos del país, con incremento de decapitados y mutilados, así como las balaceras en cualquier lugar y en pleno día, son pruebas de que ya no hay límites para una delincuencia que tiene el control de la situación, coincidieron Jesús Cureces Ríos y Víctor Clark Alfaro.

Además, ambos expertos admitieron que los mensajes que acompañan a las víctimas y la decapitación demuestran como han evolucionado los grupos criminales que en el pasado se limitaban ocasionalmente a mutilar los dedos o la lengua de sus enemigos.

"Ahora prefieren dejar cadáveres desmembrados para garantizar que el mensaje de poder llegue a todas las esferas, a fin de marcar territorios. Además, la saña y la audacia incrementa la cotización de los sicarios", añadió Clark, director del Centro Binacional de Derechos Humanos en Tijuana, Baja California.

Según Clark, las más recientes expresiones de violencia y saña son repercusión por la detención de varios de los hermanos Arellano Félix. Adelantó que esa violencia se intensificará por el reacomodo de los nuevos jefes. "No me puedo explicar de otra forma esa violencia tan intensa", agregó.

Clark agregó que no debe dejar de considerarse la posible corrupción de las policías debido a que entre las víctimas hay muchos integrantes de esas corporaciones y la violencia busca atemorizar a esos elementos. Además, advirtió que la decapitación refleja la presencia de pistoleros contratados en las mafias internacionales, como los ex soldados guatemaltecos conocidos como kaibiles o los pandilleros de la Mara Salvatrucha, situación que complica el problema.

Para Cureces Ríos, director de diplomados en la Universidad Fronteriza de Tijuana, la decapitación de tres policías municipales en Playas de Rosarito en junio pasado y el asesinato de dos agentes estatales a principios de septiembre en Tijuana y a quienes les clavaron en la cabeza sus respectivas credenciales, contienen un claro mensaje de reto e intimidación a las autoridades, además de marcar su territorio.

El riesgo es que la sociedad pierda la capacidad de asombro y permita una mayor descomposición social que dé lugar a expresiones más violentas, agregó Cureces, tras advertir que eso no podrá cambiar mientras las autoridades no modifiquen sus estrategias de combate a la delincuencia. "La autoridad no ha atendido el problema de raíz, al no priorizar la prevención", añadió.