Acapulco.— La fractura dentro de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG) se agudizó luego del desalojo del 24 de febrero, que cobró la vida de uno de los integrantes del magisterio disidente.

Gran parte de los profesores de base, de acuerdo con sus líderes seccionales, desconocen al actual dirigente, Ramos Reyes Guerrero (de la región Centro, Acapulco, Montaña Baja y Costa Grande), quien concluiría, si es que así lo determinan los docentes, su dirigencia hasta 2017. La otra opción es que en Consejo Político, los integrantes de la CETEG decidan un nuevo rumbo en los liderazgos de la organización —que funciona desde hace 26 años.

Aún prevalece la falta de claridad sobre los hechos del pasado martes, tras 10 horas de protesta sobre el bulevar de las Naciones —vía que conduce al aeropuerto internacional de Acapulco—, cuando se desencadenaron acciones violentas: desconocidos lanzaron un autobús contra policías federales, quienes impedían el paso de los manifestantes; en respuesta, los uniformados repelieron la agresión, lo que derivó en un enfrentamiento, con saldo de un muerto y decenas de heridos.

El intento de bloquear el aeropuerto se propuso como un reclamo del movimiento magisterial, al considerar que el subsecretario de Gobernación, Luis Enrique Miranda, los plantó en la reunión de ese martes para continuar con las mesas de negociación.

En la Secretaría de Gobernación, ayer confirmaron que Miranda Nava no canceló el encuentro; al funcionario le llamaron de la CETEG para pedirle que no acudiera a la reunión por el mitin que tenían programado, pues no había garantías para dialogar.

El secretario general de la agrupación, Ramos Reyes Guerrero, negó que él haya sugerido a Miranda posponer la reunión pactada para el 24 de febrero y que, en su lugar, se encontraran ayer en el DF. Incluso, dijo que no participó en la manifestación de ese día.

Emanuel Añorve, de la comisión política de la CETEG en Acapulco, admitió que hay un problema al interior de la agrupación por traiciones que han surgido luego del movimiento de apoyo a los padres de familia de los 43 desaparecidos, pero “en la CETEG mandan las bases, no los dirigentes”, explicó.

No descartó la versión que se le atribuye a Miranda, quien habría dicho que Ramos le habló por teléfono para pedirle que pospusieran la reunión pactada, “esa situación sería muy grave. Ramos sí llegó a la concentración del 24, pero, efectivamente, por motivos que desconocemos no marchó”.

Añorve externó que él era, hasta antes de que se rompiera el diálogo con la federación, el interlocutor de la organización, pero en ningún momento alguien le llamó para decirle que por motivos de agenda el funcionario no acudiría a la reunión, donde tratarían sus demandas: seguridad laboral y que no desaparezcan las plazas de los comisionados, entre otros temas.

Ellos continuaron con la marcha, recordó, y llegaron al Fórum Mundo Imperial, en la zona Diamante del puerto, donde se desarrollaría el encuentro, incluso con otras organizaciones, pero al ver que no había indicios de que se concretara la reunión, decidieron ir al aeropuerto, pero se los impidieron. “Fue hasta que Vidulfo (Rosales, abogado del Centro de Derechos Humanos de la Montaña, Tlachinollan), nos dijo que, por cuestiones de agenda, no habría reunión; lo supimos”.

“Alguien está mintiendo. No sabemos si es Ramos, no sabemos si es Luis Miranda. Eso nos deja a nosotros muchas dudas, por ejemplo, el por qué se retiró (su dirigente, lo cual Ramos Reyes admite), ese día de la protesta”.

Con el fallecimiento de su compañero Claudio Castillo Peña, que reiteró, murió a consecuencia de los golpes de policías federales, las lesiones que tienen al menos 30 maestros y los presuntos 11 desaparecidos, el movimiento cambiará de rumbo: “Estamos pensando en un paro definitivo de labores, el día de hoy varias escuelas suspendieron clases para exigir justicia por nuestro compañero muerto”.

El 20 de febrero Reyes fue acusado de traicionar el movimiento en la Asamblea Regional de la zona Centro y de negociar con Miranda, a cambio de no realizar manifestaciones, y de entregar los vehículos oficiales retenidos por la CETEG desde hace cuatro meses.

En Chilpancingo, maestros se manifestaron frente a las instalaciones de la Policía Federal para exigir justicia por la muerte de Claudio Castillo.

jram