Mérida.— La campaña política de Ana Rosa Payán, candidata de Movimiento Ciudadano a la presidencia municipal de esta ciudad tuvo un repunte.

La política, quien en 1988 alcanzó por primera vez en la historia del estado una diputación federal por un partido diferente al PRI, está a punto de inaugurar una nueva etapa democrática.

Mérida es una ciudad segura comparada con otras capitales, pero ya no consigo misma, porque según datos de las policía local en los últimos años repuntaron los robos a casa-habitación, así como la captura de figuras relevantes del narcotráfico, entre otras tantas señales.

En este contexto, vuelve a tomar relevancia Ana Rosa Payán, quien ya gobernó dos veces la ciudad, impulsada por el Partido Acción Nacional.

Ana Rosa rompió con el PAN cuando este organismo se prestaba ya a la mismas prácticas que antes denunciaba.

Alcaldes panistas, como César Bojórquez, dieron para atrás logros que se pelearon intensamente, como la rectoría del transporte público, dándosela al Gobierno del Estado de Yucatán.

Otro caso, son los escándalos del más reciente alcalde panista —Renán Barrera Concha— quien no ha logrado zafarse del hermano incómodo (Jorge Barrera Concha) ni del escarnio público de que hoy es preferible ser proveedor que regidor del ayuntamiento.

En este contexto, el virtual candidato del PAN a la alcaldía en este proceso electoral era Raúl Paz Alonzo, pero vio descarriladas sus aspiraciones ante la filtración de un polémico video en Puerto Vallarta. Su sucesor y actual candidato —Mauricio Vila Dosal— no ha probado tener la experiencia para una contienda tan exigente y compleja como la que se vive actualmente en Mérida.

Del otro lado está un gobernador del PRI que ha operado con prudencia, sigilo y resultados bien vistos por la población. Es quien opera la campaña de Nerio Torres, quien por segunda vez se lanza para presidente municipal de Mérida.