LOS ÁNGELES (EFE).— El actor Mel Gibson presentó en sociedad a su nueva novia, la cantante rusa Oksana Grigorieva, en el estreno de la película X-Men Orígenes: Wolverine en Los Ángeles, informó la revista People.

El protagonista de Corazón valiente (1995) se encuentra actualmente en trámites para obtener el divorcio de su actual mujer, Robyn, quien hace poco más de dos semanas solicitó judicialmente el fin de un matrimonio que vivía separado desde hace tiempo.

“Mel ha estado soltero durante casi tres años y es bonito verlo saliendo y divirtiéndose”, aseguró el representante del actor a la publicación.

Gibson, de 53 años, acudió de la mano de Grigorieva, de 39, al estreno de la película de su amigo Hugh Jackman en el teatro chino de Hollywood.

Grigorieva es una artista que trabaja para el sello discográfico de Gibson, Icon Records.

Siendo un católico practicante, Mel sorprendió cuando se anunció el trámite de su divorcio.

Esta aparición mediática, con Oksana de la mano, sirvió como una declaración de libertad y una reafirmación del momento aparentemente feliz que pasa por su vida.

El actor, no habituado a los escándalos de este tipo y quien siempre fue un defensor irredento del matrimonio, se enfrenta a uno de los divorcios más caros de la historia del cine.

La fortuna del artista, director y productor de filmes como La pasión de Cristo(2004) y Apocalypto (2006) asciende, según la revista, a unos mil millones de dólares en concepto de ingresos por su trabajo y las propiedades que posee, que incluyen una isla en Fiji, que compró por 15 millones de dólares en el año 2004.

Casado durante 28 años con Robyn, madre de sus siete hijos, la separación definitiva de la pareja supondría la división a partes iguales del patrimonio acumulado por el actor, como indica la ley de California, al no existir un acuerdo prematrimonial.

Robyn, que fue la encargada de iniciar el trámite de divorcio en un juzgado de Los Ángeles, obtendría 500 millones de dólares.

La mujer de Mel Gibson solicitó además que la corte garantice que su actual marido cubrirá sus gastos de manutención y se hará cargo del costo derivado del proceso de divorcio.

La cifra que puede obtener Robyn sería superior a la que sirvió para cerrar la separación en 2006 del basquetbolista Michael Jordan y Juanita, quien se embolsó 168 millones de dólares, a los 150 millones que ingresó Marcia Murphey en 1994 tras romper con el cantante Neil Diamond y a los 100 millones de Amy Irving, divorciada del director de cine Steven Spielberg en 1989.

Robyn Gibson alegó “diferencias irreconciliables” como motivo desencadenante de su decisión.

Y es que Gibson vive ahora en una dualidad emocional, primero porque volvió a encontrar el amor y, segundo, porque sus hijos, con quienes siempre ha procurado llevar una excelente comunicación, lo culpan de la separación matrimonial, que atribuyen a sus excesos con el alcohol.

Uno de los últimos rumores que corrió en Hollywood es que Robyn, siendo todavía la esposa de Mel Gibson, se decidió a solicitar el divorcio porque se enteró de que la cantante rusa se encontraba embarazada.

Al menos en las fotografías que circularon desde ayer, donde se les ve juntos, no se nota tal embarazo.

Sin embargo, otro de los motivos que orilló a Robyn, de 53 años, a poner fin definitivamente a la relación, fue enterarse de que Mel Gibson ya vivía en famila con Oksana y el hijo de 11 años de ella, en su mansión de California.

Su historia en México

El romance de Gibson no es nuevo. Apenas en enero de este año visitó México para supervisar la grabación de unos videoclips de Oksana.

En ese momento, su relación con la artista rusa no había salido a la luz, pero la prensa reportó que el actor eligió como escenarios construcciones antiguas como el Cine Ópera y el kiosko morisco que data del siglo XIX que se encuentra en la colonia Santa María la Rivera, de la capital mexicana.

Fueron cuatro los videos que grabaron, con ella tocando el piano y cantando en inglés. Durante esa visita, el actor prefirió mantenerse en bajo perfil.

Aprovechó que ya sabe moverse muy bien en suelo mexicano (en donde filmó la película Apocalypto recientemente) para eludir cualquier contacto con los medios de comunicación.

Fueron si acaso dos o tres días de trabajo en el Distrito Federal, el último de los cuales lo pasaron en los estudios Churubusco.