Nick Gold está satisfecho. Aunque Ibrahim Ferrer ya se despidió del mundo, el productor inglés que le dio fama mundial al incluirlo en el mítico álbum Buena Vista Social Club hace 11 años, pudo cumplirle su ilusión de toda la vida: grabar un disco de boleros.

Este material, Mi sueño, es el final feliz de una historia, la de Ferrer, que parece casi novela: nacido hace 80 años y fallecido en 2005, Ibrahim quedó huérfano desde niño. Superando su pobreza, alcanzó cierta popularidad como sonero en la Cuba de mediados del siglo XX que se disolvió con el tiempo (como sus posibilidades de cantar boleros), hasta que su paisano Juan de Marcos González se lo topó en la calle y lo llevó al estudio donde se grababa el disco que, con Ry Cooder al frente, reactivó el interés en el planeta por la música isleña.

Gold toma el teléfono en Londres, en la oficina de su sello World Circuit, y relata cómo creó el testamento musical de Ibrahim, con el pianista cubano Roberto Fonseca como coproductor.

-¿Recuerda la primera vez que vio a Ibrahim?

-Creo que era el segundo día de grabación del disco de Buena Vista (en 1996). Rubén González estaba tocando el piano y Puntillita Licea cantaba "Dos gardenias". Yo pregunté si era posible encontrar una voz más suave para esa canción, Juan de Marcos González dijo que sí la había, que conocía a alguien y salió. Como hora y media después, regresó con Ibrahim. Cuando entró al estudio, tenía una presencia impresionante, era muy humilde, se movía de una forma muy hermosa, como un gato o algo así.

Lo primero que cantó fue cuando Eliades Ochoa lo reconoció y empezó a tocar "Candela". De inmediato, Ibrahim se hizo parte de lo que pasaba, a nivel físico era muy agradable estar cerca de él. Cantaba hermoso, de una manera muy pura, con un fantástico sentido del ritmo y del swing.

-¿Cuál fue el proceso de creación de ´Mi sueño´?

-Ibrahim siempre había deseado grabar un disco de boleros, porque durante su carrera su voz no era considerada tan masculina. Tenía un sonido inusual, sabía improvisar muy bien (en el son), pero amaba el bolero. Por eso, (meses antes de morir) armó una gira europea en la que cantó puros boleros. Luego quisimos grabarlos e Ibrahim quería hacer un disco muy íntimo, por lo que convocamos a un grupo reducido de músicos. Armamos un cuarteto con Fonseca al piano, Cachaíto López al bajo, Manuel Galbán en la guitarra y Ramsés Rodríguez en las percusiones.

Grabamos en vivo, Roberto, Ibrahim y yo hicimos el repertorio. Para darle opciones a Ibrahim, grabamos demos en dos sesiones y la idea era regresar a finalizar el disco, pero Ibrahim murió dos semanas antes de hacerlo. Por fortuna, había cintas de los ensayos en multitrack. Días antes de morir, Ibrahim le pidió a su esposa que el disco se terminara. Luego, las cintas se extraviaron, y aunque las encontramos, se retrasó. Fue un lento proceso de dos años, pero el disco quedó con la intimidad que queríamos.

-En el disco hay tres canciones mexicanas ("Copla guajira" y "Cada noche un amor", de Agustín Lara; y "Perfidia", de Alberto Domínguez). ¿Quién las sugirió?

-Soy fan de Lara, le puse muchos discos de Lara a Ibrahim y él iba escogiendo las que le gustaban. Ibrahim también admiraba a Lara, y ya conocía unas canciones, pero otras fueron nuevas para él. Eligió las canciones que le recordaban algo de su vida.

-Juan de Marcos (quien reclama la paternidad del Buena Vista. y sólo aparece como asesor musical en el primer disco) prepara un libro sobre la verdadera historia del proyecto. ¿Qué opina?

-Estoy ansioso por leerlo. Cada persona involucrada en el disco tiene su propia perspectiva y será interesante leerlo, porque Juan fue crucial y no se hubiera hecho el disco sin él.