LOS ÁNGELES (DPA).- El cineasta estadounidense Robert Altman, director de más de 30 películas, entre ellas M*A*S*H , Nashville, The player y Vidas cruzadas murió el lunes por la noche a los 81 años en un hospital de Los Ángeles, informó su productor Joshua Astrachan.

Por ahora no se dio a conocer la causa del deceso. En el pasado, Altman había piloteado bombarderos en la Segunda Guerra Mundial, era considerado un "rebelde" en Hollywood por su estilo poco ortodoxo.

En los últimos 35 años, estuvo nominado cinco veces al Oscar. Sin embargo, sólo se llevó una estatuilla a casa este año, cuando fue distinguido con el Oscar honorario por haber tenido "una carrera que reiteradamente ha reinventado la forma artística e inspirado tanto a los cineastas como al público".

Sus películas recibieron numerosos premios internacionales, entre ellos la Palma de Oro de Cannes, el León de Oro de Venecia y un Globo de Oro, premio otorgado por la prensa extranjera acreditada en Hollywood.

En su discurso de agradecimiento del Oscar reconoció haber recibido en 1995 el corazón de una mujer más joven, pero que mantuvo la operación en secreto por miedo a que nunca más alguien lo contratara para dirigir una película.

"Soy muy afortunado en mi carrera. Nunca tuve que dirigir una película que no eligiera o desarrollara. Mi amor por hacer películas me permitió entrar al mundo y la condición human", señaló.

"Estoy muy feliz. Es mejor recibir un premio por toda mi obra que sólo por alguna parte de ella", había confesado poco menos de un mes antes durante el Festival Internacional de Cine de Berlín, a donde viajó para presentar su última película, A prairie home companion.

El filme, la historia de un popular show de radio estadounidense, contó con la actuación de estrellas como Meryl Streep. El director asistió como invitado en numerosas ocasiones al Festival Internacional de Cine de Berlín y obtuvo en 2002 un Oso de Oro honorario por su obra.

Altman dio sus primeros pasos con la serie de televisión Alfred Hitchcock presenta en 1957. Casi todas sus grandes películas son una declaración contra el género al que supuestamente pertenecen: M*A*S*H* se burla de todo lo que es sagrado en los filmes bélicos; A wedding es una parodia venenosa sobre las películas de familias y bodas. Mientras que en Prêt-à-Porter (1994) hacia el final las modelos desfilan desnudas por la pasarela como pálidas y hambrientas imágenes de sí mismas.