Hay un momento en la vida del hombre en el que debe soñar. En el que debe tomar la decisión de salirse de su natal Puerto Rico y llegar a la ruidosa ciudad de México sin nada. En el que debe confiar en las ganas de dar y amar para convertirse en un actor de teatro, televisión y cine.

Ese momento lo vivió Luis Roberto Guzmán hace ya casi una década. Ya desde entonces tenía la costumbre de no revelar sus sueños.

?Si los digo no se cumplen, siempre he sido una persona bien soñadora, bien idealista, uno de esos anhelos fue decir que trabajaría en México y aquí estoy. Llegué sin nada, sólo con la constancia, la visión y las ganas de dar y de amar; así se han ido cumpliendo las cosas?, explica el histrión, en entrevista con EL UNIVERSAL.

Hace dos años, ya establecido en México y luego de haber protagonizado la cinta Ladie?s night, Luis Roberto se mostraba seguro de que el futuro le sonreiría: ?Ya que pasé esa etapa de preocuparme por conseguir trabajo, ahora es un proceso de empezar a analizar qué me llega a las manos, qué me conviene y qué no?.

Así fue. Decidió aceptar el papel de maestro de ceremonias del Kit Kat Klub, en el musical Cabaret, y luego concluyó dicha intervención para actuar en la telenovela Alborada como el maligno conde Diego de Guevara.

?El papel del conde llegó en un momento en el que tenía la necesidad y la obligación para mí mismo y para mi carrera y lo que me gusta hacer; un personaje en televisión, con el que me complicara un poco las cosas; en el que yo como actor me pudiera complicar?, señala.

?Llevaba casi un año en Cabaret, la rutina se había apoderado de mí, y necesitaba buscar un balance y tratar de sentir y crear un personaje con el que se diera la oportunidad de crear, de complicarme, de estudiar, de volver a lo básico.?

Guzmán también asume que una de las grandes motivaciones de realizar el casting para Alborada, además del renombre de la productora Carla Estrada, fue que en el melodrama participaría la cantante y actriz Daniela Romo, a quien conoció como coproductora en Cabaret.

?Lo que me interesaba de trabajar con Carla, además de su prestigio y profesionalismo, es que Alborada es una telenovela de época, y que si me quedaba con el personaje, mi madre sería Daniela Romo; con ella (Daniela) había una dinámica y una química muy bonita desde que la conocí, en Cabaret, y ello fue un impulso fuerte para quedarme con el personaje?, apunta.

El conde: fruto de su pasado

Una vez que el también actor de telenovelas como Alegrijes y Rebujos y Amigas y rivales obtuvo el personaje del conde Diego de Guevara, se dio a la tarea de realizar un estudio sumamente minucioso.

?Hubo una preparación muy completa de mi parte; al principio me ponía una faja en la espalda para andar derecho, porque me encorvaba, y el conde es un personaje cuya rectitud y elegancia deben ser constantes; me ponía la faja para tratar de mantener una línea en el cuerpo.?

Guzmán, quien hace unos días, por su compromiso en Alborada, declinó su participación en Cantando por un sueño explicó la razón: ?Fue una decisión de la empresa?, y se dio porque el cierre de la telenovela coincidía con la final del programa.

?Me duele no participar en este programa, porque esto es un compromiso aún mayor, incluso más personal, porque se trata de creer y enfrentarte y mimetizarte con el sueño de otra persona, y sin tiempo no iba a poder cumplirlo del todo.?

Guzmán refiere que una de las cosas que más trabajo le costó de interpretar a Diego de Guevara fue darle un énfasis natural, así como una credibilidad dentro de un aspecto y postura de la época.

Para ello, asegura, estudió muy bien ciertos personajes de cintas como Vatel, Farinelli (?El castrado?) y Relaciones peligrosas.

?Del conde, por ejemplo, me encanta su cinismo, sus máscaras, no me refiero a las máscaras en el sentido físico, sino las diferentes formas con las que se enfrenta a la gente.?

Y aunque enfundado en el villano de la historia protagonizada por Lucero y Fernando Colunga, Luis Roberto ha destacado en el melodrama, e incluso se dice que él y Daniela Romo se han llevado la trama con sus personajes, éste descarta que exista una línea entre el antes y el después de su intervención como el conde.

?Lo que estoy ganando en el presente es producto del pasado y entonces no podría decir que hay un antes y un después porque cada trabajo tiene su importancia; lo que me interesa es seguir evolucionando y seguir creciendo?, concluye.

Así, mientras Guzmán sigue guardando sueños, y realizando algunos más, algo de lo que sí está plenamente seguro es de intentar buscar papeles que lo hagan sentirse integrado a la trama, así como un personaje que logre conmoverlo, como en el pasado fue el maestro de ceremonias de Cabaret y, actualmente, el malvado conde Diego de Guevara en Alborada.