cristina.pineda@eluniversal.com.mx  

El conocerse en un Conservatorio de Música en Buenos Aires hizo que de la presión de aprender diferentes estilos para pasar sus materias Las Pastillas del Abuelo surgiera una naturalidad para la fusión de géneros.

“No nos era fácil encasillarnos en algún lugar común a los siete porque escuchamos música distinta. Aquí no nos fue tan difícil la aceptación, pero para afuera no era tan habitual, al menos en el año 2002 que empezamos a tocar”, dijo Fernando Vecchio.

Su guitarrista recuerda como un antes y después de la industria en Argentina el incendio que ocurrió en Cromañón en el 2004, pues a partir de ahí gran cantidad de lugares cerraron y otros cambiaron sus estructuras, lo que hizo que muchos artistas se quedaran en el camino.

“Es inevitable que el tiempo te cambie, vamos envejeciendo de a poco, madurando y eso cambia nuestro punto de vista a la hora de componer y de hacer discos más introspectivos o extrovertidos”, reconoció.

Con 12 años de trayectoria se convirtieron en la primera banda de su país en integrar su música a una obra de teatro ciego. Con la idea de aflorar los estímulos agotaron 14 presentaciones que contaban por 55 minutos la historia del ex boxeador Ringo Bonavena, una leyenda del deporte argentino que murió trágicamente por la mafia.

“Surgió de una invitación a una película donde hicimos cinco canciones y nos quedamos con el proyecto a medios porque el filme no se hizo así que compusimos otras siete y lo llevamos a este formato”.

Este aprendizaje quedó grabado en el disco El barrio en sus puños antes de iniciar su cuarta gira por México en donde buscan conquistar al público. Guadalajara, Irapuato, Guanajuato, León, Puebla y el Caradura del DF los verán nuevamente desde que iniciaron su aventura con el país desde 2011.