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Un matrimonio, dos hijos y tres años fuera de la pantalla grande no han sido impedimento para que Megan Fox deje de ser un espíritu libre y sexy.

Los últimos cinco años han sido una revolución en la vida de Megan, pues tras quedar fuera de la tercera entrega de Transformers y tener algunos fracasos en taquilla, decidió alejarse de Hollywood, tomar un receso y luego regresar.

En su visita a México, Megan platicó con EL UNIVERSAL acerca de su regreso al cine y calificó como un gran acierto esta decisión, pues aunque era feliz viviendo una vida de ama de casa, no era suficiente para sentirse plena y realizada.

“Aquí es donde estamos en la sociedad ahora (las mujeres), un tiempo en el que hacemos todo, porque necesitamos tener mujeres profesionales, pero también queremos ser mamás, y no queremos dejar ni una ni otra, deseamos hacer todo; las mujeres somos mucho más capaces de tener mayor carga en los hombros que los hombres”, y aclara que todo ello, sin perder su lado sexy.

La actriz de 28 años dice amar las películas y refiere que estar en el set es lo que la mantiene viva, pero si tuviera que elegir entre su faceta como actriz y la de madre, no sabe qué escogería y si en algún punto podría dejar el cine por dedicarse de lleno a su familia.

“Sí podría y no, porque siempre consideras lo maravilloso que podría ser quedarte en casa y ser mamá, pero también soy un espíritu independiente, necesito estar haciendo cosas para mí y cosas que me hagan sentir fuerte y yo sé que puedo hacer ambas”, aseguró.

Esa alma fuerte y guerrera es lo que la hizo volver a la pantalla grande con un blockbuster, Tortugas Ninja, con un presupuesto superior a los 170 millones de dólares.

Además, no fue un regreso común, porque lo hizo de la mano de Michael Bay, quien produce Las Tortugas Ninja y con quien durante años se dijo terminó peleada en la película Transformers, situación que la actriz negó.

“Una de la cosas que me llamó la atención de hacer la película fue que estaba Michael (Bay), siempre he pensado que él es muy interesante e iba a hacer algo muy bueno con esto, me sentí afortunada de trabajar de nuevo con él”.

En la película, que es una versión live action de la caricatura de los 80, Fox da vida a una intrépida reportera de nombre April O’Neil, personaje que aseguró es muy similar a ella, pues es una mujer que hace todo y de nadie depende.

“Es una heroína involuntaria, accidental, es una mujer actual que persigue sus sueños profesionales, y si eso requiere que pelee, pues lo hará”, ahondó.

Megan no sabe si su nuevo largometraje tendrá secuelas, pero auguró que es sólo el inicio de una nueva etapa en su carrera, en la que buscará consolidarse como “una actriz que puede hacer todo tipo de papeles, a la vez que combina su etapa como madre joven y esposa”.