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No se conformó con ser considerado el violinista más rápido del mundo por el Record Guinness. David Garrett decidió este año incursionar en la actuación en la película El Violinista del Diablo, en la que interpretó a Niccolo Paganini, lo que para muchos pudo no resultar un acierto en su carrera, pero él sabe el rumbo que toma y lo asume con filosofía. “Creo que soy muy bueno en lo que hago así que trato de seguir mi camino y disfrutarlo, al final algunas personas lo amarán y otras no, pero no me importa. Me siento bien conmigo mismo y eso es lo más importante”.

Sobre el hecho de volver a la pantalla grande, lo piensa algunos segundos y responde: “No era en realidad mucho actuar, me sentí muy cercano al personaje y era algo con lo que podía relacionarme. No estoy seguro si exista otro papel interesante para interpretar que incluya a un violinista, pero la verdad lo dudo mucho”.

Garrett vuelve esta semana a la capital para deleitar al público con sorpresas en el Auditorio Nacional el 18 y 19 de noviembre.

Modelo, actor y maestro en técnica del violín, espera repetir el éxito que tuvo durante su primera visita. “Siento maravilloso volver. La última vez que fui me la pase genial y estoy muy emocionado. Presentaré un nuevo set y eso es algo que no he hecho muchas veces, es un programa completamente nuevo. Traigo a grandes músicos y será súper entretenido, espero que el público sienta lo mismo”, afirma emocionado.

Para este virtuoso del violín, el trabajo que implica desarrollar su música es todo un arte.

“Hacer la música como un profesional requiere de mucho trabajo, más particularmente en los detalles. Si todo va bien, es algo que me inspira; como artista existe mucho trabajo duro que no siempre es divertido, pero hacerlo usualmente trae buenos resultados”.

Sobre el hecho de trabajar al lado de alguien, no se cierra a la posibilidad. “El mayor de los placeres como músico es el poder colaborar con alguien, cuando existe la posibilidad definitivamente accedo y trabajo en ello”.

Comer, beber y tocar. Otra de las cosas que el músico alemán disfruta de México es su cultura, pero también su música y admite tener que hacer un sacrificio cada vez que viene a la capital. “Amo la influencia de la música en español y obviamente creo que la música tiene consigo un ritmo que hace que te dejes llevar y me gusta que te haga acelerar tu pulso.

“Amo la comida también, tengo que ponerme un límite la mayoría de las veces pero eso es definitivamente algo que disfruto mucho. En México, obviamente voy a querer comer quesadillas y cosas así, tacos, quiero de todo y me voy a volver loco. El tequila es la única bebida que puedo tomar y que no me deja con resaca”, confiesa entre risas.

Es claro que Garret disfruta lo que hace y no piensa dejar los escenarios, pues cuenta que después de la gira por México estará promoviendo otro material. “Ese es el siguiente paso, para serte honesto, ni siquiera me gusta pensar en ello hasta que sucede.

“Mi plan es descansar cuando sea un poco más viejo, cuando no sienta que aún me faltan muchas cosas por hacer, a veces la gente trabaja mucho y luego quiere retirarse, y yo lo siento de la misma manera. Trabajo para poder retirarme y quién sabe cuando vaya eso a suceder”, apunta.

Por último, el violinista aseguró que su show en nuestro país será algo completemente nuevo: “Estoy emocionado de interpretar en México, ahora podrán ver algo muy divertido”, concluye este músico que además de conquistar con su música, lo hace también con la mirada.