Clínica de periodismo

La función del viernes 21 de febrero comenzaba a las 19:25 horas de la noche. Media hora antes las butacas del Teatro Jorge Negrete estaban vacías y sólo el público en el lobby esperaba la indicación que le permitiera pasar a ocupar su lugar. En el escenario había una mesa con un pastel blanco con la inscripción “Made in México: Otra historia de amor ¡1 año de éxito!”.

Después, los integrantes del elenco salieron al escenario para partir el pastel y conmemorar su primer aniversario de trabajar juntos. Primero, Socorro Bonilla, que saludó alegremente a los pocos invitados que los acompañaban en el breve festejo, luego Juan Ferrara seguido de Rafael Inclán y finalmente Rocío Banquells.

El productor, Sergio Gabriel, concedió fotografías del equipo de Made in México, ahora reunido alrededor del pastel, y comentó que estaba muy contento de tener ahí a los integrantes originales del proyecto. “No somos una familia muy numerosa, no somos Wicked”, bromeó. Pero afirmó que, después de un año de trabajar juntos, ya eran una familia.

“Somos una familia, ¡hacemos pijamadas!”, dijo Rafael Inclán y provocó carcajadas en todos los asistentes. “No, ya en serio, hacemos la función con mucho cariño, con mucha profesionalidad y eso es lo importante”, afirmó.

La buena recepción de la puesta en escena fue inesperada para el elenco y el productor, por lo que aseguraron estar sorprendidos y felices. “Vaya, no esperábamos salir de la Sala Chopin, ¿no?”, dijo Rocío Banquells.

Sergio Gabriel habló del futuro de la obra: “Planes. Todavía tenemos muchos planes de gira. Ahorita vamos dos fechas a Puebla la semana que entra, el 25 de febrero y 4 de marzo, Acapulco el 6 de marzo”. Juan Ferrara, entregándole una rebanada de pastel, lo interrumpió. “No me digas que no soy un genio repartiendo el pastel”, bromeó el actor.

Eran las 19:15 horas y todos empezaron a llevarse los platos desechables y los tenedores de plástico. Los actores terminaron su postre y fueron desapareciendo detrás de las bambalinas uno por uno, como cuando llegaron.

El productor se despidió de la prensa y el escenario, una vez más, quedó vacío, como si nada hubiera pasado. El público comenzó a entrar y a ocupar las butacas.