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Desde Cleopatra hasta Marilyn Monroe, de Ana Nicole Smith a Kurt Cobain o David Carradine y Pedro Armendáriz. No importa el grado de fama, la corriente artística o la edad que estas celebridades han tenido al momento de tomar la decisión de quitarse la vida.

Hollywood no se escapa al incremento de suicidios —que al menos en EU son de 4 mil 750 anuales—, y que en los últimos años ha visto partir a estrellas que en apariencia tenían la vida resuelta.

Pero antes que la muerte, enfrentan la depresión. El dinero y la fama es algo de lo que estos personajes gozaban pero no impidió que se suicidaran. “Se piensa que el suicidio es un acto de cobardía o una salida digna en determinada circunstancia, lo cierto es que no hay un único factor, en ocasiones la depresión, problemas económicos o malas relaciones personales contribuyen a incrementar el sentimiento de desesperanza y alientan a perpetrar el suicidio”, señaló el sicólogo Alfredo Cabrera.

En los últimos años, hemos visto distintos casos de personajes célebres que han impactado por sus inesperados decesos. El más reciente es el de Robin Williams, quien tras vivir años difíciles con su adicción a drogas y alcohol y tras completar un programa de 12 pasos por ese abuso, decidió ahorcarse.

Según su publicista y su esposa, Williams, de 63 años, había estado lidiando con una severa depresión.

Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) más de 350 millones de personas sufren esta enfermedad y cada año se registra un millón de suicidios. “Hay varios tipos de depresión: leve, moderada y severa. La moderada y la severa, que solía ser llamada clásicamente como melancolía, son las medicadas. A su vez hay depresión severa con o sin síntomas sicóticos”, dijo Cabrera.

El sicólogo dijo que aunado a este padecimiento Robin Williams pudo haber sufrido el llamado “síndrome del payaso triste” asociado con comediantes con trastornos mentales pero que los esconden.

“A muchos actores y comediantes les pasa, es una respuesta reactiva, un mecanismo de defensa a través de esa falsa euforia que es saludable para el público, pero que no resuelve su conflicto”, expresó el sicólogo.

El episodio trágico de Williams tuvo ayer su final con una celebración que, según reportaron medios estadounidenses, se realizó en la zona de la bahía de San Francisco. Ahí, familiares y amigos del actor organizaron un funeral privado.