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De acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica y del Videograma, que aglutina a exhibidores, distibuidores y productores afincados en México, el costo del boleto local no debe medirse en relación al salario mínimo.

Lo más justo, comenta Agustín Torres Ibarrola, director de la Canacine (por sus siglas) es verlo con el ingreso per cápita anual, que es el promedio entre los diferentes salarios existentes en nuestro país.

“Un pago de 67 pesos no es el salario real de mucha gente, sino más bien una referencia, si pones en el Aviso Oportuno que pagarán eso, quién va a ir, no creo esté debajo de 150 pesos por día”, subraya.

The Economist, recuerda, diseñó una medida llamada Indice Big Mac que toma en cuenta la variable per cápita y el tiempo requerido para poder adquirir una hamburguesa.

En un estudio publicado en enero de 2014, se ve que en Brasil ganan casi 13 mil dólares al año, promedio, y una hamburguesa se encuentra arriba de los 5 dólares.

En México se gana poco más de 10 mil dólares anuales, pero una pieza de ese alimento cuesta la mitad que en el país sudamericano.

“Necesitas trabajar más allá para poder comprar una, lo mismo sucede con los boletos de cine”, refiere Torres Ibarrola.

“(Per cápita) Es un promedio de lo que el país produce y lo que se genera por riqueza, no quiere decir que todo mundo gane eso al año, eso ya lo hace un problema de desigualdad. Lo que maneja el índice es el poder adquisitivo”, detalla.

En México, el boletaje vendido en 2013 se incrementó en más de 12% en relación a 2012.