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La banda escocesa Franz Ferdinand será una de las atracciones principales del festival Rock’N’Fall, en Montevideo, Uruguay, y lanzará su nuevo disco en septiembre.

Con este motivo, su baterista, Paul Thompson, hace un balance de la historia de la banda. Dice que 2002-2012 fue una buena primera década. “Si me pongo a pensar en eso, claro, resulta bastante impresionante. Uno no se imaginaba que podría pasar todo lo que pasó. Hubo de todo, cosas buenas y malas. Mucho estrés. Pero lo positivo supera a lo negativo, claramente. Que hayamos tenido el éxito que tuvimos ya con el primer disco en 2004 fue muy inesperado.

“De ahí hasta 2009, que fue el primer año en el cual paramos, tuvimos tiempo de reflexionar un poco y ver en qué se habían convertido nuestras vidas, y cómo nos habíamos adaptado a eso”.

La banda iba a festejar el décimo aniversario en su ciudad con un concierto en un local de dimensiones importantes pero al final, dice Thompson, cambió el plan: “Tocamos en el sótano de un pub. Arriba de ese pub hay un apartamento, que fue uno de los lugares donde empezamos a tocar. Estuvo genial. Y se agotaron las entradas en cinco minutos. Eso sí, eran 120 entradas”, dice entre más risas.

“Fue también una oportunidad para tocar nuevas canciones. Tocamos siete nuevos temas y todos estarán en el nuevo disco. Creo que saldrá antes de septiembre”.

Como uno de los responsables de la sección rítmica de Franz Ferdinand, Thompson dice no tener demasiado claro de dónde viene el componente bailable.

”No sé muy bien cuál es el origen, más allá de que es una apreciación génerica de la música en sí, de ser melómano. En lo personal, si tuviera elegir mis estilos preferidos, diría que éstos son rock and roll y música house. Tal vez eso explica algo, pero no puedo hablar por los demás.

“Nos encanta el soul y el funk, pero no somos particularmente versados en esos estilos. Si es una buena canción, ya está”.