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El fin del cine como se conoce hasta ahora, es el eje central de la nueva película de Emilio Portes y que protagonizaría Andrés Bustamante El Güiri-Güiri.

“Va sobre su desaparición y es justo como lo estamos viendo ahora”, revela el también realizador de la comedia Pastorela.

“El theatrical (salas normales) está muriendo y se va convirtiendo en DVD, en películas para celulares, es un poco nostálgica”, añade.

El guión corrió a cargo de Armando Vega Gil, el roquero integrante de Botellita de Jerez, Bustamente y de él mismo, apunta.

La producción está siendo llevada por Daniel Birman y Alameda Films (El crimen del padre Amaro y Daniel y Ana), en colaboración con Christian Valdelievre (Temporada de patos).

“Están concretando el financiamiento y son movidos estos muchachos. Espero filmar en septiembre u octubre”, indica.

El egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica, considera que la historia es un homenaje al cine mexicano.

Así que se pretende la participación de varios actores, a manera de cameo, es decir, apareciendo por segundos en secuencias del filme.

“Es una comedia del cine que ya está muriendo”, subraya.

Por lo pronto, Portes también se encuentra levantando el proyecto de terror Belcebú.

Lo hace de la mano de su productor de cabecera y a migo, Rodrigo Herranz (Desde adentro).

“Eso se está viendo, pero es una historia que llamará mucho la atención”, expresa el cineasta.

Gran noche

El entrevistado con Pastorela, su segunda película, fue el gran ganador la noche del sábado en la 54 entrega del premio Ariel, donde se laureó a lo más granado del cine mexicano en 2011.

La cinta que fue vista por casi un millón de espectadores durante su corrida comercial, logró siete estatuillas, una menos que Días de gracia, pero consiguió las consideradas cumbre: Película y Dirección.

Las otras fueron en las categorías de Efectos Visuales, Maquillaje, Vestuario, Guión Original y Coactuación Masculina, el cual recayó en Carlos Cobos, quien hace un mes sufrió un derrame cerebral.

El filme cuenta la historia de un agente judicial (Joaquín Cosío) quien siempre ha interpretado al diablo en una de esas representaciones navideñas, pero cuando llega un nuevo cura a la colonia (Cobos) se le retira el privilegio.

A partir de ahí comienza una comedia en donde el agente y su mejor amigo (Eduardo España) se pelean por el personaje.

“Mi película fue apoyada por distribuidores y exhibidores, pero quiero que así como a mí, sea el mismo trato que reciban mis compañeros en cine”, destaca Portes.