La Habana.— El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, se reunió ayer con altos funcionarios cubanos en La Habana, encabezando una delegación empresarial que busca aprovechar el impulso del presidente estadounidense Barack Obama para moderar las restricciones hacia la isla.

Cuomo, un político demócrata, es el primer gobernador en visitar Cuba desde que Obama y el presidente cubano Raúl Castro anunciaron en diciembre el inicio del deshielo de las relaciones bilaterales, luego de medio siglo de hostilidad y confrontaciones.

Cuomo, que fue recibido en el aeropuerto por la directora para Estados Unidos de la cancillería cubana, Josefina Vidal, dijo que su estado quiere “estar presente” en La Habana “desde el inicio de la aventura”. “Estamos asistiendo al comienzo de la transición en la relación entre los dos países, que va a tener beneficios económicos significativos para las dos partes”, dijo.

Más tarde, en la apertura de un foro con representantes del sector estatal cubano, Cuomo dijo: “Buscamos oportunidades de negocios internacionales para el estado de Nueva York”.

Cuomo encabeza una delegación empresarial en la que figuran responsables de grandes compañías estadounidenses como Mastercard, la aerolínea JetBlue o la farmacéutica Pfizer, interesadas en hacer negocios en la isla.

“Creemos que éste será un cambio drástico, que ocurrirá tanto en beneficio del pueblo de Cuba, como del pueblo de EU”, aseguró el gobernador, acompañado por varios líderes del parlamento regional neoyorquino.

“Confiamos en que este encuentro de hoy sea una ocasión propicia para darles a conocer los pormenores de la ley 118 de Cuba sobre la inversión extranjera”, dijo en el encuentro María de la Luz B´James, directora general de América del norte del Ministerio para la Inversión Extranjera y la Colaboración Económica.

Ayer por la tarde, la delegación se reunió con el ministro cubano de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, y a lo largo del día también tenían previsto entrevistarse con el “número dos” del gobierno, el primer vicepresidente Miguel Díaz-Canel, y el cardenal Jaime Ortega.

“Nuestra reunión con el ministro Malmierca fue muy entusiasta e informativa”, dijo Cuomo. “Hay mucha esperanza para el futuro”.

El Partido Republicano de NY calificó el viaje de Cuomo, al describirlo como amoral, costoso para los contribuyentes y ofensivo para familias de origen cubano que viven en EU.

Arcadio Casillas, presidente del Comité de Finanzas del partido, dijo en un comunicado que su padre fue asesinado por el gobierno cubano y afirmó que él arriesgó su vida para escapar de la isla. “Ofrecer a este régimen legitimidad perjudica a la causa global por el avance de los derechos humanos... y no corresponde a la agenda de ningún gobernador a pesar de la posición unilateral, insensible y amoral de la Casa Blanca”. EFE y AP