Santiago.— La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, envió ayer con urgencia al Congreso un proyecto que, de aprobarse, terminará con la reelección indefinida de senadores, diputados y otras autoridades que son elegidas a través del voto popular.

“No hay más tiempo que perder”, subrayó la mandataria, que le dio también celeridad a un planteamiento sobre la “probidad en la función pública”, disposición que intenta extender, regular y aumentar las declaraciones de intereses y de patrimonio de las autoridades del país. Ambas medidas están contenidas en un paquete de propuestas anunciado por la presidenta el martes en la noche.

Bachelet Anunció sus planes para una reforma constitucional durante un discurso en televisión nacional la noche del martes. No reveló detalles, pero dijo que en septiembre comenzará un diálogo para hacer cambios a la Carta Magna.

La Constitución chilena data de la dictadura del general Augusto Pinochet (1973 y 1990).

Parte del empresariado chileno y de sectores conservadores de la oposición criticaron el anuncio hecho por la mandataria.

La Confederación de la Producción y el Comercio (CPC) rechazó la propuesta gubernamental ya que, en opinión del líder del organismo empresarial, Alberto Salas, “causa gran inquietud en los actores económicos”.

La mandataria solicitó al Congreso acelerar las medidas para combatir la corrupción tras anunciar que ya no se permitirá a las empresas hacer contribuciones a los partidos políticos, que ahora serán financiados por el gobierno.

“Este proyecto de ley previene no sólo de mejor manera los conflictos de interés de las autoridades públicas, sino que establece sanciones más severas en caso de que se presenten”, dijo Bachelet. La medida, agregó, “es importante para terminar con las malas prácticas del clientelismo y el tráfico de influencias, y permite una mayor fiscalización”.

La corrupción en Chile es una de las más bajas de Sudamérica. Agencias