SAN PETERSBURGO (Agencias).— El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, enfrentó ayer una creciente presión de líderes mundiales para que no lance ataques militares contra Siria, en una cumbre donde el tema de la economía global quedó eclipsado por el conflicto.

Aunque Obama llegó a la antigua capital zarista con la intención de presionar y convencer a sus aliados occidentales de la necesidad de una intervención de castigo contra el régimen de Damasco, a lo largo de la primera jornada de la reunión se escucharon numerosos llamamientos a una solución política. “Una clara mayoría (de los líderes) se muestra a favor de una solución del problema sirio por medios pacíficos”, dijo a los periodistas Serguei Ivanov, jefe de gabinete del presidente ruso, Vladimir Putin, después de la primera sesión de trabajo.

El Grupo de las 20 economías desarrolladas y en vías de desarrollo (G-20) se reunió aquí para tratar de forjar un frente unido sobre crecimiento económico, comercio, transparencia de la banca y combate a la evasión tributaria. Pero el grupo, que abarca a dos tercios de la población mundial y a un 90% de su producción, se concentró en la crisis siria.

El primer round en la cumbre fue para Putin, dado que la Unión Europea se alineó más con él que con Obama sobre la posibilidad y legitimidad de una intervención armada.

“Una acción militar tendría un impacto negativo sobre la economía global, especialmente sobre el precio del petróleo; causará un alza en el precio del petróleo”, dijo el viceministro de Finanzas de China, Zhu Guangyao.

Líderes del grupo BRICS de economías emergentes expresaron preocupación de que un ataque militar contra Siria pueda dañar a la economía mundial, dijo el portavoz de Putin.

Líderes de la Unión Europea, usualmente fuertes aliados de EU, describieron el ataque del 21 de agosto cerca de Damasco, que mató a cerca de mil 400 personas, como “aborrecible”, pero agregaron que “no existe una solución militar para el conflicto sirio”. La canciller alemana Angela Merkel reconoció las divergencias, al decir que “no creo que hemos llegado a una postura común”. Y el presidente del grupo europeo, Herman Van Rompuy insistió abiertamente en la necesidad de actuar bajo el cobijo de Naciones Unidas (ONU), lo que molestó a los franceses —que apoyan una intervención militar— y profundizó las divisiones.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, prometió a los líderes del G-20 que pronto serán desvelados los resultados de la investigación sobre el posible uso de armas químicas en Siria, mientras que el primer ministro de Reino Unido, David Cameron, dijo que la evidencia de que Al-Assad estuvo detrás de ese ataque está “creciendo todo el tiempo”.

El presidente de México, Enrique Peña Nieto, condenó ayer, en una entrevista con la televisora rusa RT, el uso de armas químicas y la violencia en contra de la población de Siria, pero en cuanto a la posibilidad de una intervención militar de EU, adelantó su respaldo a la determinación que asuma el Consejo de Seguridad de la ONU en torno al conflicto.

En Nueva York, EU compartió ayer información de inteligencia sobre Siria con otros países de la ONU para obtener apoyo internacional a un posible ataque militar, señaló la embajadora norteamericana ante el organismo, Samantha Power, quien dijo que no ve un “camino viable para avanzar” en el Consejo de Seguridad porque Rusia está entorpeciéndolo, algo que Moscú negó.

El diario The New York Times publicó un video, grabado en la primavera de 2012, con la ejecución de soldados del régimen de Al-Assad a manos de rebeldes sirios, imágenes que, según la prensa estadounidense, podrían influir en el voto sobre la intervención militar de EU en Siria.