ROMA (Agencias).— Al menos 133 inmigrantes que intentaban llegar a las costas de Italia murieron ayer al naufragar la embarcación en la que se dirigían hacia la isla de Lampedusa, informaron las autoridades. Sin embargo, la cifra de muertos podría ascender a más de 300, pues cientos de personas continúan desaparecidas.

Inicialmente fueron recuperados 93 cadáveres, pero luego buzos de la Guardia Costera hallaron dentro y cerca del bote hundido al menos otros 40 cadáveres, indicaron los medios de prensa locales. La embarcación se encuentra a unos 40 metros de profundidad, frente a la isla de Isola, cerca de Conigli, en el mar Mediterráneo.

La alcaldesa Giusi Nicolini se mostró conmocionada: “Es un horror, no dejan de sacar cadáveres”, dijo. El primer ministro italiano Enrico Letta decretó día de luto este viernes, en memoria de las víctimas.

El bote, que llevaba a unas 500 personas a bordo, se incendió y se hundió. La guardia costera ha conseguido hasta ahora rescatar a unas 155 personas. Entre las víctimas hay al menos tres niños y dos mujeres embarazadas, informó el ministro del Interior de Italia, Angelino Alfano. Según han declarado los supervivientes, proceden en su gran mayoría de Eritrea y Somalia y habían salido hacía dos días de la ciudad libia de Misurata.

El incidente ocurrió cuando se detuvo el motor del barco y empezó a entrar agua, dijo Alfano. La gente que iba dentro prendió fuego a una sábana para pedir ayuda, pero las llamas alcanzaron el combustible del barco. “Una vez que comenzó el incendio, la gente entró en pánico y todo el mundo se movió hacia un lado, provocando el naufragio”, explicó.

Uno de los indocumentados rescatados con vida confirmó que durante la travesía se cruzaron con tres barcos de pesca que no les prestaron ninguna ayuda. Nicolini avaló la denuncia, pero explicó que la actitud de los pescadores pudo obedecer a la existencia de una ley italiana de 2008 que permite procesar a pescadores que han salvado vidas humanas por presunta complicidad con la inmigración clandestina.

La policía confirmó el arresto de un joven tunecino, que se encontraba entre los rescatados y que sería uno de los traficantes de personas que manejaban la embarcación.

El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, dijo que la tragedia debe servir como otra “llamada a la acción” de la comunidad internacional para redoblar los esfuerzos por una migración “ordenada y segura”.

Por su parte, el papa Francisco escribió en Twitter: “Oramos a Dios por las víctimas del trágico naufragio frente a Lampedusa”. “Viene a mi mente la palabra vergüenza. Es vergonzoso”, añadió en una audiencia en la que hizo un llamado a unir esfuerzos para evitar la repetición de este tipo de tragedias.

El Pontífice visitó la isla en julio, en su primer viaje después de su elección como papa en marzo, donde se pronunció en contra de lo que calificó como “globalización de la indiferencia” frente a las penurias de los migrantes.

Alfano, quien viajó a Lampedusa tras una reunión con Letta, dijo que “desafortunadamente nadie a bordo poseía un teléfono móvil. Si hubiesen tenido la oportunidad de hacer un llamado, se hubiesen salvado”.

El alto comisionado de la ONU para los Refugiados, Antonio Guterres, destacó la rápida respuesta de la Guardia Costera, pero indicó: “Al mismo tiempo, estoy conmocionado por el creciente fenómeno global de migrantes y personas que huyen de los conflictos o persecuciones y mueren en el mar”. El lunes ya habían muerto 13 personas también frente a las costas italianas cuando su barco encalló frente a Sicilia.

En Roma, el presidente de Italia, Giorgio Napolitano, pidió ayer el patrullaje de las costas del norte de África para impedir que intenten llegar a Europa emigrantes ilegales.