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Alemania, obsesión por la privacidad

Pablo Sanguinetti DPA| El Universal
Domingo 14 de julio de 2013
Alemania, obsesin por la privacidad

HERRAMIENTA. Una máquina decodificadora Enigma, exhibida en el Museo del Espionaje “top Secret”, en la ciudad alemana de Oberhausen. (Foto: INA FASSBENDER REUTERS )

Los datos personales son sagrados en un país que vivió el trauma de la dictadura nazi y el comunismo en la RDA

BERLÍN.— Google, Facebook y Apple lo aprendieron en los tribunales. El gobierno de Estados Unidos lo escucha ahora una y otra vez de Angela Merkel y de los ministros que la canciller alemana envía a Washington: El mensaje es siempre el mismo: los datos privados son sagrados en Alemania. Y por buenas razones históricas.

La obsesión por el derecho a la privacidad, al parecer violado de forma masiva por el espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA) en Europa, es un rasgo central de la cultura alemana forjado a partir de las traumáticas experiencias de la dictadura nazi y del régimen comunista en la Alemania oriental (RDA).

“La idea de que los ciudadanos no podamos comunicarnos libremente resulta especialmente difícil de aceptar para los que venimos del este”, comentó esta semana el presidente alemán, Joachim Gauck, quien creció en la RDA y fue jefe del organismo que procesó las actas de su temible policía política (Stasi) tras la caída del Muro de Berlín.

Gauck tuvo que sentirse intimidado por los miles de actas en las que la Stasi documentaba enfermizamente cada movimiento de los ciudadanos de la RDA. Pero ese archivo podría parecer pequeño en comparación con los 500 millones de comunicaciones que, según la revista Der Spiegel, la NSA almacena cada mes en Alemania.

“El debate me recuerda a las escuchas de la Stasi en la RDA”, admitió también Uwe Tellkamp, autor del best-seller “Der Turm” sobre la caída de la RDA en los años 80. “Siempre pensé que trabajaba en un tema definitivamente del pasado. Pero ahora vuelve una parte de lo mismo con otra cara”.

Declaraciones como ésa irritaron a Merkel, quien también creció en la Alemania comunista. La canciller dijo que todo paralelismo entre los servicios de espionaje de una democracia como Estados Unidos y los de la RDA implican “trivializar” lo que hizo la Stasi, órgano de una dictadura que “persiguió y torturó” a muchas personas. “No quiero ni imaginarme lo que los servicios de seguridad de la RDA habrían hecho de haber dispuesto de las posibilidades técnicas actuales”, añadió.

Pero lo cierto es que el debate sobre la privacidad y sobre la necesidad de limitar el acceso de Estado y empresas a la intimidad de los ciudadanos está muy presente en Alemania desde antes del escándalo de la NSA, como demuestran leyes y actitudes que pueden sorprender a quien no conozca la historia del país.

Estados federados como Schleswig-Holstein prohíben que los funcionarios locales tengan perfiles en Facebook e incluso que pongan sus “me gusta” en la red social. La Justicia alemana también forzó a Google a permitir que los ciudadanos borroneen las fotos de sus casas en el mapa callejero Street View.

Estrictos

Apple podría tener que resideñar sus normas de intercambio de datos en Alemania después de que un tribunal dictaminara que muchas de ellas son incompatibles con la ley nacional de protección de datos, una de las más estrictas del mundo.

Pero los grandes grupos de internet y telefonía extranjeros no son los únicos que chocan con la aversión de los alemanes a ceder privacidad: en 2011, el primer censo desde la reunificación en 1990 despertó el rechazo de muchos ciudadanos, indignados con que el Estado recopilara masivamente información sobre la población.

“Es verdad. Damos mucho valor al derecho a la intimidad. Es algo que en otros países no se entiende”, explicó a la agencia dpa Juliane Heinrich, portavoz de la Agencia Federal de Protección de Datos y Libertad de Información (BfDI).

“Es una reacción de defensa tras nuestra experiencia con el Nacionalsocialismo y con la RDA, donde no había prácticamente esfera privada y el Estado intervenía a todo nivel”, añadió. “Parte de nuestra tarea es intentar explicar esto en el exterior, donde el tema genera menos preocupación”.

Heinrich destacó que la privacidad es un derecho básico garantizado por la Constitución alemana desde hace 30 años.

La BfDI sigue ahora “con gran interés las acusaciones a la NSA”, explicó la portavoz. “Lo importante es aclarar primero qué dimensión tuvo, cómo fue posible técnicamente y qué colaboración hubo con los servicios secretos alemanes. Luego se analizará lo ocurrido para sacar consecuencias”.



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