PANAMÁ.— El ministro de Relaciones Exteriores de Panamá, Fernando Núñez Fábrega, aseguró ayer que la XXIII Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de gobierno, que empieza hoy en este país, es la primera cita desde la que en 1991 en Guadalajara, México, inauguró este tipo de encuentros entre ex colonias y ex colonizadores, que “deja de ser tutelada” por España y Portugal.

En una entrevista con EL UNIVERSAL, el canciller explicó que “ha habido un movimiento de traslación del poder económico. Todas las anteriores —desde la de 1991 en México a la de Cádiz, España, en 2012— eran cumbres tutelares y España y Portugal nos decían: ‘Muchachos, ¿en qué los podemos ayudar? Les vamos a dar esto o lo otro’. Pero esta es la primera cumbre entre iguales”.

“Panamá cede su sitial como primera economía en crecimiento del mundo, porque este año bajamos a un crecimiento (de la producción) del 9% y se lo cedemos a Paraguay, no a España, ni a Italia. Eso nos indica que ha habido un cambio estructural”, agregó.

“No es que nos estamos separando a consecuencia de que ahora somos más ricos posiblemente que los países que nos dieron identidad nacional (como España y Portugal), pero tenemos que establecer una nueva relación. Tenemos que ver cuál es la próxima etapa y evolucionar, pero en mancuerna con España y Portugal”, afirmó. El nexo, aclaró, será “mancomunado”.

El jefe de la diplomacia anfitriona de la cumbre recordó que el encuentro coincide con los 500 años del avistamiento del Mar del Sur —hoy Océano Pacífico— por parte del conquistador español Vasco Núñez de Balboa, desde una colina en suelo panameño, el 25 de septiembre de 1513.

“¿Por qué esta cumbre en una coincidencia feliz para nosotros? Porque es el momento en que Panamá surge al escenario mundial y se cotiza como jugador geoestratégico. Lo fuimos como colonia española, hasta 1821, lo fuimos como provincia de Colombia (hasta 1903) y lo fuimos como independientes. A partir del momento en que se avista este mar, cambia el rol de Panamá y se convierte en un jugador de envergadura: eso es muy importante”, agregó.

Al preguntársele si la ausencia de nueve gobernantes latinoamericanos perjudicará al encuentro iberoamericano, respondió que “lo que es importante es que los 22 países están representados. No me interesa si mandan un general o un coronel. Al final, lo importante es que todos están aquí con poder para actuar y representar a sus países. Así que las ausencias no me molestan”.

Tras alegar que uno de los resultados principales de la cita es “la interacción de presidentes”, afirmó que “hay que buscarle un nuevo sitial al movimiento iberoamericano”, por lo que tras la cumbre de 2014, que será en México, los encuentros serán cada dos años y el siguiente se realizará en 2016.

“No deben ser cumbres para diplomáticos de carrera. Tienen que ser para la gente del pueblo, que pregunta cuál es su beneficio (de estas reuniones). Se van a reestructurar para que sean más efectivas”, puntualizó.