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Gerardo Unzueta

Derechos humanos y Amnistía Internacional

Analista político, periodista, escritor. Ha sido miembro de los partidos Comunista Mexicano, Socialista Unificado de México y de la Revoluci ...

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    13 de agosto de 2011

    La segunda mitad del siglo XX y lo que va del milenio presente han sido años de violencia y violación de todo tipo de leyes del “Estado de derecho”. Pero, igualmente, han sido décadas de resistencia y formación de instrumentos de liberación de pueblos y masas oprimidos. Los procesos de creación y despliegue de la iniciativa popular en demanda de condiciones dignas de vida y defensa del medio ambiente han enriquecido el ámbito social. Mas han tenido que enfrentar la cerrazón de las capas cuya hegemonía se finca en la búsqueda de riquezas con depredación de la belleza que surge de la productividad del obrero, la invención del artesano o el ingenio del campesino.

    Históricamente está probado que ninguna forma de atropello social, de abuso sobre las capas y pueblos débiles puede perdurar sin hallar respuesta. Las sociedades crean sus propios medios de defensa, y así como la segunda mitad del siglo XX y lo que va del milenio actual ha visto surgir formas de atropello a la democracia, la legalidad y, en fin, de todo derecho humano, la propia cultura universal y la de los pueblos mismos, crea sus formas de defensa.

    En mis tareas como periodista y como partícipe en las luchas de la izquierda mexicana, he conocido de una organización internacional de ese carácter y he probado la eficacia de su apoyo solidario contra la arbitrariedad estatal en los acontecimientos de 1968 y años siguientes. Esa organización se llama Amnistía Internacional (AI). He seguido con interés el trabajo que realiza, pues me parece que en su actividad se encuentra una posibilidad de hacer eficaz y realista la defensa de los derechos humanos. En este año, la organización celebra medio siglo de existencia.

    Con orgullo, la organización proclama en su Llamada Global a la Acción —documento dedicado a la conmemoración del 50 aniversario— : “Activistas de decenas de países, desde Argentina hasta Nueva Zelanda, realizaron un brindis simbólico por la libertad, un homenaje a la historia de dos estudiantes portugueses encarcelados por alzar sus copas por la libertad, una injusticia que inspiró al abogado británico Peter Benenson para crear Amnistía Internacional”.

    A escala mundial, la acción de AI abarca prácticamente todos los países donde se producen acciones represivas —persecuciones, encarcelamientos, torturas, asesinatos— y refleja los actos en los que se obtienen éxitos; por ejemplo en el último número de su revista se consignan la libertad bajo fianza del doctor Binayak Sen, en la India; de Faisán Tafiq Naheem, niño de 14 años, en Jammu y Cachemira; del periodista Eynulla Fatullayev en Azerbaiyán.

    Mas no sólo en México son conocidas las protestas de AI por las acciones represivas contra los activistas de la lucha en defensa del medio ambiente en Chiapas y Oaxaca; se han hecho presentes en la denuncia de atropellos como los realizados contra los defensores de la tierra en San Salvador Atenco, Estado de México. Sobre tales actos ha publicado en su revista: “Las fuerzas de seguridad detuvieron a 47 mujeres y a más de 150 hombres durante las manifestaciones (en mayo de 2006). Veintiséis de estas mujeres denunciaron haber sido sometidas a violencia física, sicológica y sexual. Las autoridades de México no han investigado estas denuncias. Once de ellas han llevado su caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos”. Igualmente refleja en su órgano hechos importantes en el plano más general como “las reformas constitucionales aprobadas (en México) que refuerzan el reconocimiento constitucional de los derechos humanos y la obligación de respetar, proteger y garantizar esos derechos”.

    Amnistía Internacional, no hay duda, ha conquistado merecido prestigio en la batalla más general de la lucha por la democratización de la vida política internacional y en cada uno de los países: la defensa de los derechos humanos. Al cumplir medio siglo de existencia, AI ha lanzado un lema que en su sencillez encierra el objetivo de lograr enorme impacto en el mundo: “Sé uno más, convence a uno más, actúa una vez más”.

    No quisiera finalizar estas líneas sin incluir una frase que culmina la carta reciente que me dirigió el director ejecutivo de AI, Alberto Herrera Aragón: “La seguridad pública que no está construida sobre la base del respeto pleno a los derechos humanos y sobre la rendición de cuentas de quienes los violen, es un edificio que se levanta sobre arena”.

    Analista político



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