aviso-oportuno.com.mx

Suscríbase por internet o llame al 5237-0800




José Carreño Carlón

El Tec y la UNAM

José Carreño Carlón es académico, profesor, periodista y escritor. Es licenciado en Derecho por la Facultad de Derecho de la UNAM, cuenta c ...

Más de José Carreño Carlón



ARTÍCULOS ANTERIORES


    Ver más artículos

    10 de agosto de 2011

    Incluso si la carta-bomba que estalló en un plantel mexiquense del Tec de Monterrey hubiera sido enviada por algún resentido por motivos escolares, sociales, sentimentales —o antitecnológicos, como lo anticipa el procurador local—, el hecho podría ser tan grave como si su autoría llegara a atribuirse al crimen organizado o a algún grupo político terrorista.

    Y es que la hipótesis de un terrorista ideológicamente extravagante, ajeno al crimen organizado, invocada con un tono de minimización de la gravedad del acto, indica una actitud indulgente ante hechos criminales y revela un trastorno respecto del orden de efectos de los procesos de comunicación de la violencia.

    En este orden de efectos, se estaría “ciudadanizando” o incluso legitimando la proclividad a la comisión de delitos como la vía rápida para enfrentar toda clase de problemas o angustias, o resolver cualquier tipo de querellas, como la de algún “ludita” en guerra contra el avance de la ciencia, como lo sugiere el procurador.

    Familiaridad con el crimen

    La secuencia de estos efectos empieza con un conocimiento intenso y extenso de los hechos criminales cotidianos que saturan a la población a través de los medios. Esto, con la percepción de impunidad con que se cometen.

    Sigue esta secuencia con un proceso de familiarización con la relación criminalidad-impunidad que conduce a una alteración de las actitudes ante los delitos, hasta llegar a una disposición al cinismo que termina por ver el delito y la impunidad como algo “natural”.

    La secuencia culmina con el efecto en los comportamientos: ¿tengo un agravio que vengar, una causa que reivindicar o un problema que resolver? Entonces respondo “naturalmente” con un acto delictuoso que permanecerá impune y además se integrará al clima general de violencia, o se le cargará a alguna banda criminal o algún grupo terrorista.

    Habría que ver cuántos ajustes de cuentas o robos con violencia se envuelven por sus autores con estilos del crimen organizado, con la pretensión de que su impunidad se confunda con la de las bandas criminales. O hay que analizar las declaraciones del procurador, según las cuales casi hay que celebrar que la carta-bomba no pertenezca al crimen organizado, sino a una organización llamada Tendiendo a lo Salvaje.

    Un pacto social

    En este punto, el ataque al Tec conecta con el plan presentado ayer por el ex rector Jorge Carpizo en nombre de la UNAM para darle un giroa la actual estrategia del gobierno contra la violencia y la inseguridad.

    El plan de la UNAM se centra precisamente en al abatimiento de la impunidad; en la reducción de la violencia y la muerte en las que hoy todo se confunde; en la preservación de la integridad de las personas, desvalorizada cotidianamente en las noticias de muertes masivas presentadas sin el menor asomo de compasión o indignación, y en la defensa de los derechos humanos, cuya violación por la fuerza pública se ha asimilado a una expresión más de los daños colaterales justificados con el valor superior de la guerra contra los capos.

    Claro. Una empresa así requiere de un pacto social para reorientar la acción de las instituciones de seguridad y justicia y hacer frente a la violencia y al crimen, como dice el texto de Carpizo, pero también de un amplio programa de comunicación y rectificación de los patrones culturales que han familiarizado a vastos sectores de la población con un clima de criminalidad e impunidad asumido como “natural”. Esto explica que un procurador parezca ofrecer como atenuante de la gravedad de la bomba del Tec la hipótesis de un criminal al que se presenta como no miembro del crimen organizado, sino como una fuerza internacional ecologista.

    En fin, el plan de la Universidad contempla algunas de las bases para reconstruir, entre quienes han padecido el clima de violencia del último lustro, un nuevo sentido de cohesión social y seguridad ciudadana.

    Académico



    ARTÍCULO ANTERIOR
    Editorial EL UNIVERSAL Un Hoy No Circula más justo


    PUBLICIDAD.