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Guillermo Osorno

Teoría y práctica de las jacarandas

GUILLERMO OSORNO estudió periodismo en la Universidad de Columbia. Fue reportero de investigaciones especiales en el periódico Reforma y edit ...

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    15 de marzo de 2011

    1. Desde mi cuarto, en el quinto piso de un edificio, veo una jacaranda que hace unas semanas florece. Hoy me asomo y me asombra. El lila de sus flores ha cambiado su intensidad de nuevo.

    2. La jacaranda floreciendo es la primavera en la ciudad de México.

    3. Hice esta consulta en Google, “jacarandas DF”, y salió: una foto de una jacaranda floreciendo frente a la Facultad de Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México, con la luna de fondo, aunque era de día. Una casa en venta en Bosque de Jacarandas, una calle en Bosques de Las Lomas. Un twitt de @pablo–ordaz, gran periodista español, para rememorar a otro gran periodista español y estupendo amigo del DF, “Las jacarandas florecidas del DF a la memoria de Joaquim Ibarz que tanto amó esta ciudad”. Viene un vínculo a una foto de una jacaranda en medio de algunos vendedores de flores. Además, hay un hotel Jacarandas, una colonia Jacarandas en Iztapalapa, una restaurante Jacarandas en Polanco, así como una panificadora Jacarandas.

    4. Según el libro Los árboles de la ciudad de México, las jacarandas llegaron a México a principios del siglo XX. Vienen de Manaus, Brasil. Las introdujo un gobernador de Veracruz al país, pero de paso se plantaron numerosos árboles en los primeros trazos de la avenida Insurgentes, así como en algunos parques públicos, como el parque España y el parque México. Se recomienda la plantación de jacarandas en zonas contaminadas porque absorbe el plomo ambiental. No se sabe muy bien la etimología del nombre: puede ser la latinización una ciudad brasileña “Jacarancy”; también podría ser una derivación de la palabra “yacaranda”, que en portugués significa olor fuerte; también podría venir de la palabra “jácara”, que se refiere a una junta de gente alegre que anda de noche alborotando. De ahí “jacarandoso”.

    5. Jacarandas enemigas. La página ciudadanos en red, donde está citado el libro anterior, tiene el siguiente testimonio: “No tienes idea de lo que es tener o ser vecino de una jacaranda. Se ven preciosas en marzo pero te destruyen banquetas, drenajes, tomas de agua, bardas, pisos del garage, aun [sic] a mas de 10 metros de distancia, son terribles. Ni lo pienses salvo que odies a quien vive cerca”.

    6. Hice una encuesta en Facebook. ¿Cuáles son las mejores calles o parques para mirar jacarandas en flor esta época del año? Estas son algunas respuestas: Patricia: “¡avenida Veracruz!; Valentina: “El segundo piso del periférico da una visión panorámica padrísima”; Nurit: “Una opción diferente: en Ciudad Universitaria, entre las facultades de Economía y Derecho”; Ramón: “en la colonia Lindavista, la avenida Riobamba…”; María: “La plazuela de los Arcángeles en San Ángel, atrás de San Jacinto, entras a un callejón por la calle del Árbol, que por cierto se refiere a otra jacaranda impresionante”; Valeria: “En las Lomas de Chapultepec están divinas. Organizan cada año un concurso de jacarandas, son espectaculares”; Mariana: “Nicolás San Juan, afuera del CUM”; Federico: “Todo Horacio, en Polanco”; Alejandro: “Date una vuelta a C. Beistegui, todavía no está en su máximo esplendor pero en unos día estará”.

    7. Escribió Héctor Manjarrez. “En la avenida Fuentes Brotantes, una jacaranda atiborrada de flores florecientes y casi fluorescentes… ¡de sólo dos y medio metros de altura!... como una adolescente felizmente embarazada, si tal cosa fuera posible. (El bosque en la ciudad, Era, p. 142).

     



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