aviso-oportuno.com.mx

Suscríbase por internet o llame al 5237-0800




Gerardo Unzueta

La hora (¿última?) del PRD

Analista político, periodista, escritor. Ha sido miembro de los partidos Comunista Mexicano, Socialista Unificado de México y de la Revoluci ...

Más de Gerardo Unzueta



ARTÍCULOS ANTERIORES


    Ver más artículos

    27 de febrero de 2011

    El PRD está ante la necesidad de adoptar decisiones fundamentales. Un importante número de militantes —entre ellos fundadores y más de una septena de integrantes del organismo superior de dirección— ha determinado defender los principios sobre los cuales se fincó la creación del partido de izquierda más importante que ha existido en el país.

    Esos principios son la base de las fórmulas que pugnan por transformaciones económicas y políticas que superen el atraso y abran paso al desarrollo social, creen una sociedad con exclusión de la pobreza y construyan un régimen político garante de las libertades democráticas. El partido propone enfrentar la crisis del país, superando la devastación económica e institucional, producto de la conducción por un grupo que se encaramó al poder ilegítimamente y ha hundido al país en sangre por una guerra que no responde a las necesidades de la nación, sino al dominio imperial de los capitostes de la fabricación de armas y del mercadeo de drogas en su propio país.

    La lucha por el cambio del régimen es un principio perredista. Lo que hagamos para enfrentar la crisis serán sólo paliativos mientras no existan medidas orientadas al cambio de régimen. El PRD debe recuperar su capacidad de proponer ideas que orienten las acciones de los luchadores de izquierda en medio del fárrago de la crisis y el debate político cotidianos, recuperar la visión de futuro, de la esperanza, la emancipación.

    ¿Una alianza con el PAN contribuye a la satisfacción de esos principios cuando la crisis ha llegado a uno de sus puntos culminantes? Quienes participamos en la fundación del PRD y aportamos el esfuerzo histórico de miles de hombres y mujeres, los que en innumerables batallas por las demandas obreras, campesinas, estudiantiles, indígenas, han arriesgado la vida (¡y más de 600 la perdieron!), los hombres de la cultura progresista y democrática que han hecho de la universidad pública su trinchera, todos daremos respuesta negativa. El PAN, como el PRI, han constituido una mancuerna para garantizar las formas de propiedad monopolista. PRI y PAN son gemelos, punta o agujero, alternativamente, que garantiza los intereses del gran capital. El primero se ha separado del bagaje democrático heredado. El PAN, por su lado, pone en riesgo la laicidad del Estado al acoger residuos ideológicos de la jerarquía reaccionaria de la Iglesia católica.

    No se trata de una alianza momentánea. Ésta pone en peligro no sólo la perspectiva inmediata del PRD, sino la de la izquierda como corriente histórica. Por ello, no es exagerado alistarse para dar la batalla a tal alianza en las elecciones del Edomex. Quienes se empeñan en marchar por ese camino, entregan uno de los baluartes de nuestras fuerzas, allí donde podemos lograr una victoria, la cual permitiría abrir nuevos frentes para el 2012 y representaría un avance a la reconstrucción de la izquierda. Es necesario cobrar un ímpetu renovado y, sobre la base de nuestros principios, marchar hacia la organización que el 3 de julio dará una votación mayoritaria por el indiscutible candidato, Alejandro Encinas.

    Es necesario informar que no hay acuerdo para la consulta promovida por la dirección aliancista: la propuesta no alcanzó el “voto aprobatorio de mayoría calificada” (Art. 125, del Título Séptimo del Estatuto). A la jefatura de Ortega ¡le faltaron cinco votos! Es imprescindible impulsar una movilización del conjunto del partido que deje claro que la llamada consulta no logró la “calificación”. Por tanto, ninguna acción hacia la alianza con el PAN tiene legitimidad; llevar adelante los planes aliancistas pone a esa dirección al margen del Estatuto. Si lo intentara, tanto el IFE como el Tribunal tendrían que declarar su inviabilidad.

    Pero desde allí intentará respirar. Por ello es preciso no perder ni un minuto en el agrupamiento de miles de militantes —Nueva Izquierda ni el conjunto de las corrientes representan a la mayoría de miembros del PRD— en un movimiento que deponga lo que al margen del Estatuto pudiera intentar la directiva. Ese movimiento debe abarcar a los encuadrados ya en el organismo (Morena) encabezado por López Obrador.

    Estamos en un momento decisivo para avanzar en la gran tarea de la reconstrucción de la izquierda. Unamos fuerzas y conquistemos la victoria.

    Analista político



    ARTÍCULO ANTERIOR
    Editorial EL UNIVERSAL Un Hoy No Circula más justo


    PUBLICIDAD.