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Carlos Monsiváis

No se supo pero qué importa (Primera parte)

Carlos Monsiváis es ante todo un hombre observador. Escritor que toma el fenómeno social, cultural, popular o literario, y que, con rápido b ...

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    20 de diciembre de 2009

    Suerte te dé Dios que el saber poco te importa. El refrán hispano puede o no tener vigencia, pero su falla no es la escasa o nula importancia del saber, sino que la suerte no necesariamente la da Dios sino la pertenencia a una dinastía, la red de relaciones sociales, las buenas relaciones con los jefes. Por lo mismo, manejar o no entidades tan abstrusas como el idioma, la lógica, los conocimientos específicos, resulta francamente baladí, si la palabra todavía se usa. Además, ¿qué es saber a estas alturas tan visuales? Los datos por escrito (la historia, maestra del tedio) no importan demasiado, lo que cuenta son las imágenes, los videos, las muestras del photoshop. No obstante, hay que conceder espacio a los conocimientos todavía no jubilados, y por eso excavamos en el archivo y encontramos algunos ejemplos del conocimiento fast-track.

    1. El que bien ignora jamás se rinde

    ¿Quién fracasó primero: la educación pública o la educación privada? A los convencidos de la segunda opción, les conviene revisar la entrevista en Radio Red (enero de 2004) con el ingeniero José Luis Luege Tamargo, director actual de Conagua, veterano de Acción Nacional, ex procurador federal de Protección al Ambiente. El tema: lo dificultoso del examen para elegir consejeros del PAN.

    Iván: Ahora, ingeniero Luege, según nos cuenta tardó 195 minutos en contestar, ¿qué?, más o menos unas 400 preguntas. ¿Qué le costó más trabajo?, ¿qué siente usted que fue lo más complicado?

    Luege: Cada bloque era de entre 50 y 100 preguntas y para mí lo más complicado fue una parte que consiste en una lectura de comprensión.

    Iván: ¿No me diga que ahí se trabó?

    Luege: Yo no sé quién escribió eso, pues es la cosa más complicada.

    Iván: ¿Usted sí puso atención en el autor?

    Luege: No, es que menciona varios autores de esos incunables, mano, complicadísimos y muy rebuscada toda la lectura, ¿no? Entonces eso a mí se me complicó pero espantoso. Pero en general, si lo haces con atención yo creo que cualquier militante puede perfectamente acreditar el examen (subrayados son cortesía del artículo).

    Todavía no se acaba esta fuente de la filosofía del buen gobierno

    Iván: A ver, ingeniero Luege, rápidamente. ¿Qué decía ese texto de comprensión?

    Luege: (Risas) ¡¡Nooooo!!

    Iván: ¿Se acuerda, o no lo comprendió? Porque si le comprendió y contestó: se acuerda.

    Luege: Hablaba sobre la filosofía —digamos— de un buen gobierno, de la modernidad en el ejercicio de un buen gobierno que toma como base experiencias del pasado y prospectivas de las experiencias que ha habido como gobierno en México y en América Latina, pero créeme que era de lo más complicado.

    Iván: ¿Harto difícil?

    Luege: Sí, qué bárbaro, es decir, esa sí estuvo dura esa parte... Evaluar digamos, habilidad de razonamiento, también es muy fácil, son respuestas lógicas. Lo único que debes de tener es un poquito de atención, pero si te das cuenta, con esas tres partes estás prácticamente ya del otro lado, ¿no?, porque son 20, 20 y 20, tendrías ya 60 puntos, si los contestas bien y prácticamente estás ya del otro lado.

    Iván: A ver, ¿usted estudió bien? Esta guía de estudio que tuvo como base, entiendo también, el Informe, el último Informe del Presidente de la República.

    Luege: Bueno, yo, yo, yo…

    Iván: Aquí entre nos, la verdad, ¿lo había leído?

    Luege: Bueno, yo afortunadamente había leído el documento que se llama A mitad del camino del gobierno federal que está en internet, ¿no?, y eso me sirvió para algunas, algunas…

    Iván: ¿Pero le dieron su guía de estudio o no?

    Luege: Yo… mira… (risas) la pude leer una sola vez por falta de tiempo pero pues sí me ayudó, ¿eh?

    2. Apología de la contradicción

    En 2004, Armando Salinas Torre, subsecretario de Gobernación encargado de Población, Migración y Asunto Religiosos (la trinidad de las tareas idénticas), probó la nueva estrategia que a la letra dice: procede como te dé a entender tu corazón y si critican tus acciones, te corriges sin aceptar nada (“Los medios tergiversaron mis palabras... etc.”). Así, Salinas Torre declara: “No hay decisión definitiva sobre la píldora de emergencia y se constituirá un grupo científico para evaluar si es un procedimiento abortivo”. (La Jornada, 5/02/04). Y se explaya sobre el encuentro entre la Comisión Episcopal de Pastoral Familiar y los secretarios de Salud y Gobernación: “Uno de los temas que se abordaron fue esta preocupación (la píldora) y la conclusión es clara: no se debatió ni se deliberó en torno a ello ni se fijaron posiciones”. ¡Qué curioso! Abordar es distinto a deliberar y a debatir, qué trilogía de verbos más incomunicados entre sí.

    Salinas prosigue: “Se acordó tener una serie de reuniones entre religiosas y la Secretaría de Salud, con sus respectivas representantes científicos, para discutir este tema en el ámbito médico”. Sin demasiada amabilidad, Salinas Torre corrige al secretario de Salud Julio Frenk, que un día antes asegura: “El gobierno federal no dará marcha atrás en la incorporación de la píldora de emergencia en los métodos de planificación familiar”. Sin inmutarse, el subsecretario rectifica al doctor: “La píldora no tiene nada que ver con las relaciones de la Iglesia católica con el Estado laico”.

    ***

    Sigue la entrevista:

    P.: ¿La píldora es abortiva o no?

    R.: No estoy calificado para comentar el tema porque no es un asunto que haya podido estudiar. Me la he pasado contentando entrevistas que me han impedido del todo ponerme a estudiar (dice don Armando contentando, no concertando, asunto que llevaría mucho más tiempo). Es un tema que no conozco a fondo sobre el que se delibera de manera cotidiana.

    ¿Qué piensa sobre la legitimidad de las amenazas de excomunión que ha proferido la Iglesia católica contra quienes utilicen la píldora (o la promuevan)?

    Es justificable. Es una expresión de culto que llevan los ministros de culto de cualquier iglesia y se respeta lo que ahí puedan plantear, siempre y cuando no invadan las esferas para las cuales están expresamente señalados en la ley una restricción, y en estos casos no hay ninguna.

    Escritor



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