Opinion

Cuando la francesa Vanessa Paradis tenía 14 años consiguió un inusual éxito en su país con la canción Joe Le Taxi. A los 19 años, se convirtió en la imagen de la fragancia Coco, de Chanel. En el anuncio, aparecía con un vestido negro adornado con plumas, representando a un pájaro columpiándose en una jaula.

Desde entonces, su rostro se hizo famoso, no sólo por ser la imagen de una de las fragancias más importantes de la firma, sino porque es evidente que sus dientes están visiblemente separados.

A Paradis nunca le ha importado corregir este defecto dental, pues no ha sido obstáculo para su triunfar en su carrera como modelo, como cantante y para ser la pareja de Johnny Depp, a quien la revista People consideró como el actor más sexy de 2009.

Según algunos supersticiosos, los dientes separados atraen la buena suerte y probablemente para muchas celebridades puede que así sea.

Hace un tiempo, la revista Vanity Fair publicó un artículo donde citaba a glamourosas mujeres y sostenía que los dientes separados podían ser sinónimo de éxito en la vida.

Al igual que Vanessa tampoco tienen los dientes juntos la actriz italiana Ornella Muti, la ex-modelo y actriz estadounidense Lauren Hutton, Brigitte Bardot y Madonna; además, el actor Laurence Fishburne, el futbolista Ronaldo y, hasta hace poco, el cantante Luis Miguel.

Lamentablemente, no todas pueden llevar esta imperfección en forma tan glamourosa, y no considerarla como un defecto, sino como un rasgo de belleza, personalidad y estilo.

Se conoce como diastema al espacio que hay entre dientes contiguos; generalmente, se localiza entre centrales incisivos, ya sea superiores o inferiores.

Este problema se presenta cuando hay una diferencia entre el tamaño de las piezas dentales y la arcada, aunque también puede ser provocada por enfermedades periodontales. Si falta algún diente, estos son pequeños o el arco dental es muy ancho, pueden aparecer espacios abiertos entre los dientes, originando que las piezas se muevan por causa del deterioro del hueso que los soporta.

En muchos casos, no sólo representa un problema estético sino que provoca serios problemas bucodentales como lesiones en las encías y probabilidad de aparición de caries, ya que los alimentos se retienen con más facilidad y es más difícil tener una buena higiene dental.

Asimismo, puede causar problemas al hablar o al momento de masticar los alimentos, así como una incorrecta mordida que puede derivar en alteraciones físicas como dolores de cuello y oído, cefaleas, alteraciones del sueño e incluso, en casos graves, problemas en la columna y musculatura.

Para solucionarlo, el médico debe tomar en cuenta factores como la mordida, el tamaño del espacio y el ancho de los dientes. Si el espacio es muy grande, la mejor solución es tratarlo con una ortodoncia para conseguir alinearlos, cerrar los espacios y obtener una correcta mordida. Las carillas de porcelana son también muy eficientes para disimular esta imperfección cuando la distancia es más pequeña entre los dientes.