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Gerardo Unzueta

Reconstruir la izquierda

Analista político, periodista, escritor. Ha sido miembro de los partidos Comunista Mexicano, Socialista Unificado de México y de la Revoluci ...

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    25 de julio de 2009

    Leyó mi última entrega “¿Dónde están nuestros votos?”, y comentó:

    —Nos la hicieron al estilo iraní. ¿“Esto no se queda así”? Tal vez allá, pero con esta izquierda... debemos hacer algo —reflexionó mi compañero de décadas difíciles.

    —Reconstruir la izquierda —respondí.

    —¡Escríbelo! No es sugerencia, es orden —dijo, y se fue.

    La propuesta

    El título del presente artículo no es inicio de un proceso ni su conclusión, sino propuesta a la fuerza política más permanente en la vida de México, aquella que ya, a mediados del siglo XIX, construía organizaciones, encabezaba la reivindicación social de los desposeídos, manifestaba su presencia en acciones decisivas de la lucha por la soberanía popular y en defensa de la independencia nacional.

    Es una propuesta dirigida a quienes se sienten parte de esa tendencia histórica, admiten responsabilidad por su destino y están dispuestos a dar esfuerzo militante y aporte intelectual a la reconstrucción de organizaciones surgidas de la necesidad obrera, campesina o profesional, y contribuir con elaboraciones programáticas que se apoyan en la historia y los sentimientos de los compatriotas sometidos a la inequidad y a las diversas formas de explotación del capitalismo mexicano y extranjero.

    Es una propuesta que adquiere el carácter que tuvo una de las elaboraciones más audaces de la teoría política, la perestroika, que en los años 80 del sigo XX, ante una de las más severas crisis de la Unión Soviética, planteó la reconstrucción en todos los órdenes: en la economía, la organización social y los medios de comunicación, pero sobre todo la reconstrucción ideológica, política, organizativa del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS).

    Pude seguir paso a paso la discusión fundamental en la 19 Conferencia del PCUS, la reunión partidaria más importante en seis décadas, según el conductor del proceso, Mijail Gorvachov, gracias a una invitación a La Unidad, órgano del Partido Mexicano Socialista, del cual yo era director. Momento emocionante para mí se produjo cuando una delegada, desde el centro mismo del salón de sesiones, gritó: “¡Todo el poder a los soviets!”, poniendo en el centro de todas las cuestiones la restauración de los vínculos del partido gobernante con su pueblo, el soviético.

    Pretendo tomar esa concepción para presentar mi idea sobre el método que conduciría a remontar la situación crítica de la izquierda mexicana. Parte de un elemento decisivo: el valor para enunciar sin ambages el objetivo que se propone, reconstruir, no modificar o adaptar, ni colocarse a la cola de otras fuerzas, como sería la transformación del PRD en partido socialdemócrata (así lo propone la dirección que lo condujo al desastre electoral), o sea, poner la mesa para su fusión con una parte del binomio derechista, el PRI, “ya” convertido.

    Si bien el planteamiento del cambio de modelo económico es cuestión clave de la reconstrucción de la izquierda, no es menos importante la adopción de un programa de transformaciones fundamentales de la convivencia política. El 4 de abril un grupo de ciudadanos de probada trayectoria de izquierda publicó un texto que agrupa las demandas históricas de esta corriente y lo presenta como plataforma de nuestros candidatos en seis capítulos: democracia y conformación de los poderes públicos, el federalismo y el municipio, igualdad y desarrollo social, la reforma del sistema de justicia, derechos humanos y diversidad cultural, la defensa de la soberanía alimentaria y de los trabajadores del campo. Esa plataforma jugará importante papel como base programática de la reconstrucción.

    Sin recurrir a métodos persecutorios y purgas que en el pasado diezmaron las fuerzas de la izquierda, es indispensable que esta reconstrucción, desde sus inicios, no admita en sus filas a personas que han caído en la corrupción o han vuelto la espalda a los principios ideológicos y políticos de esta corriente histórica.

    Imposible enunciar aquí todos los elementos de la reconstrucción de la izquierda, mas sí es indispensable establecer como cuestión prioritaria la ética y el consecuente rechazo de todas las formas de corrupción; es imprescindible la elaboración de una política que establezca firme relación con la sociedad, ponga por encima de ambiciones tácticas o compromisos políticos, los intereses y las necesidades de la sociedad, en particular de sus elementos más pobres; la izquierda que reconstruye sus fuerzas no puede ignorar ni posponer la solidaridad internacional con los pueblos, movimientos y luchadores contra la opresión en cualquiera de sus formas.

    Analista político, miembro del PRD



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