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Macario Schettino

La realidad de la crisis

Macario Schettino se dedica al análisis de la realidad, en particular la de México, desde una perspectiva multidisciplinaria: social, políti ...

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    12 de enero de 2009

    Ya llevamos varios meses escuchando hablar de la crisis. Lo que no parece estar claro es qué significa eso. Para la mayoría, es una amenaza que todavía no se cumple. Porque a cada momento se insiste en que las cosas se van a complicar, pero no se alcanza a ver exactamente cómo es que eso ocurre. Cierto que hay precios que suben, pero no son muchos, ni suben tanto. Si acaso el aceite, tal vez el arroz. Lo demás, como siempre.

    Pero los políticos y los medios tienen un discurso cada vez más estridente, y la población empieza a sentir angustia, porque hay una gran diferencia entre ese discurso y la realidad. Y aunque usted no lo crea, la población empieza a dudar de la realidad, y no del discurso.

    La crisis que enfrentamos es resultado de los excesos de los estadounidenses, y en menor medida de los europeos, en particular británicos y españoles. En los últimos años, han consumido mucho más de lo que podían pagar. En Estados Unidos, los consumidores han vivido dos grandes explosiones de gasto. La primera, asociada con la burbuja de las empresas punto com en la bolsa de valores, redujo la tasa de ahorro de los hogares del 6 al 2% entre 1996 y 2000. La segunda, iniciada casi de inmediato y asociada a la burbuja de los bienes raíces, llevó a cero el ahorro e incrementó la deuda de los hogares de 70 a 100% del PIB de ese país. Ese incremento en gasto es producto del espejismo de la riqueza de las empresa punto com y luego de los bienes raíces, pero es también resultado de dos “políticas”. Por un lado, la decisión china de mantener subvaluada su moneda para crecer con base en exportaciones, lo que obliga a ese país a invertir en Estados Unidos los excedentes de su comercio, presionando las tasas de interés en este último país a la baja. Por el otro, la decisión de la Reserva Federal de mantener bajas las tasas de interés para posponer una recesión.

    Al final, la burbuja estalla, como siempre ocurre, y pone al descubierto fallas en regulación y vigilancia del sistema financiero, fraudes, y muchas otras dimensiones de la vida humana normal que, cuando todo va bien, nadie percibe. Pero no fue esto lo que causó la crisis. Por eso, corregir estas fallas no impedirá nuevas burbujas. Lo sabemos desde hace décadas, pero lo olvidamos con frecuencia.

    La crisis significa que los consumidores estadounidenses tienen que pagar sus excesos, y eso lo tienen que hacer consumiendo ahora menos que antes. El problema para el mundo es que estos excesos representan 5% de la producción mundial. En promedio, pues, habrá que contraer al mundo en esa proporción en los próximos meses. Eso es todo, pero es bastante.

    Si usted no pierde su empleo, no existe la crisis para usted. No dude de la realidad, y no se angustie en vano.

    www.macario.com.mx

    Profesor de Humanidades del ITESM-CCM



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