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Eugenio Anguiano

Sí se puede

Estudió Economía en la UNAM y en universidades de Gran Bretaña.

Fue embajador de México en América Latina, Europa y Asia donde repr ...

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    31 de diciembre de 2008

    Con esa frase futbolera quiero despedirme de 2008, esperanzado, aunque en modo alguno confiado, en que podamos ir resolviendo satisfactoriamente los grandes retos para México en el año que comienza mañana.

    El primero y quizá más difícil de ellos es el de superar el poderío del crimen organizado y sus principales manifestaciones: el narcotráfico y la industria del secuestro.

    Ha sido tanta la osadía e impunidad con la que opera estos cárteles, que para muchos mexicanos el gobierno ha sido rebasado y probablemente nos encontremos en el umbral de tener un Estado fallido.

    Más allá de la definición precisa de tal cosa, es escalofriante la cantidad de asesinatos —la mayoría de ellos como resultado de luchas entre pandillas por el control de mercados, lo cual no mitiga la responsabilidad estatal de controlarlo y castigarlo— cometidos en territorio nacional en 2008. Mi deseo de Año Nuevo es que las acciones emprendidas por la actual administración en la lucha contra la delincuencia se consoliden y comiencen a arrojar frutos que hagan realidad lo dicho por el presidente Felipe Calderón, de que México es más fuerte que cualquier banda de criminales.

    Un elemento esencial para el avance en esta lucha es la transparencia en la información por parte del gobierno; que sustituya spots en los medios de comunicación, que no reflejan la realidad. Creo que al ciudadano mexicano le hace falta conocer la verdad.

    La profundización de la crisis económica es otro grave problema que afrontaremos en 2009.

    Este es un fenómeno originado fuera de nuestro sistema pero que nos afecta irremisiblemente dado el alto grado de globalización de la economía nacional. No obstante las pésimas tendencias en cuanto a caída de los precios del petróleo mexicano, de las remesas de compatriotas radicados en el exterior, el derrumbe de nuestras exportaciones de manufacturas y el creciente desempleo, el gobierno tiene una base financiera fuerte que le ha permitido, no sin altos costos, evitar derrumbes como los de 1982 y 1995.

    Obviamente, esa relativa fortaleza es insuficiente para prevenir la crisis, pero si el gobierno acierta en coordinar bien las acciones fiscales contracíclicas y otras que reactiven la producción y el consumo, la recesión de 2009 será menos dolorosa en lo social.

    En 2009 reaparece México en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, y mis mejores augurios son para que desarrolle un papel digno de las mejores tradiciones de la diplomacia mexicana y además eficaz en lo concerniente al mantenimiento de la seguridad y la paz internacionales.

    Presidente del Centro Tepoztlán, AC



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    Editorial EL UNIVERSAL Un Hoy No Circula más justo


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