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Rodolfo Echeverría Ruiz

Revolución vigente

Ex presidente de la Fundación Colosio A.C. Fue diputado federal por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la LVIII Legislatura y se ...

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    21 de noviembre de 2008

    La tecnocracia neoliberal —aliada entusiasta de la vieja y de la nueva derecha— se ha afanado y ufanado, mil veces, en decretar la muerte de la Revolución Mexicana. Lo cierto es lo contrario.

    Ideas matrices y fuerzas sociales motrices de esa ancha corriente histórica están vigentes hoy, precisamente hoy. Observemos, por un lado, el fracaso de las burocracias liberticidas —se autollamaron socialistas, pero nunca lo fueron ni alcanzaron esa noble condición— y, por el otro, la catástrofe causada por el voraz afán de los impunes magnates neoliberales propiciadores de una de las más hondas crisis del capitalismo cuyos ramalazos inmisericordes ya empiezan a sentirse en el país y golpean con severidad nuestra ya de suyo frágil cohesión social.

    Ni todo al Estado ni todo al mercado, propuso la Revolución Mexicana en su vasta obra política y económica, legislativa y cultural. Cuando la obsesión tecnocrática apátrida malversó esos fundamentos propulsores de cambios sociales decisivos, el PRI empezó a perder altura y a ver disminuida su eficacia política y social.

    Asustado ante la magnitud de la crisis, el PAN no ha tenido más remedio que adoptar las propuestas del PRI contenidas en su Programa de Acción. Desde sus orígenes hizo posible que el Estado regulara y limitara los naturales excesos del mercado. Ante las vicisitudes de hoy, Calderón no ha tenido alternativa: aplica, muy a su pesar, las medidas anticíclicas enunciadas por el PRI.

    La Revolución Mexicana concibió en cuerpos jurídicos medulares la filosofía definidora de un nuevo orden, equidistante del viejo “dejar hacer, dejar pasar” y del anacrónico Estado omnímodo. Tales decisiones políticas son esencia de la Constitución actual.

    Si el PRI continúa unido en lo básico, si sus próximos candidatos son representativos de la mayoría popular y si, ya diputados, alcaldes o gobernadores, fueran capaces de articular profundas reformas sociales urgentes en México, recuperará parcelas decisivas del poder público y reasumirá una democrática, mayoritaria conducción de la República.

    Consejero político nacional del PRI



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    Editorial EL UNIVERSAL Un Hoy No Circula más justo


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