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Enrique del Val Blanco

Pacientes vs patentes

Analista político y economista.

Coordinador de Planeación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde también fue se ...

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    16 de agosto de 2007

    En una decisión judicial que po-dríamos calificar de histórica, por las consecuencias no sólo para el caso concreto sino para la salud de millones de personas en el mundo y el desarrollo de las compañías farmacéuticas, un tribunal de Madrás en la India negó la demanda que la multinacional suiza Novartis presentó en contra de la ley de patentes de aquel país.

    La decisión tiene implicaciones múltiples. Por el lado de las empresas farmacéuticas, la que presentó la demanda ha mencionado que éste es un golpe en contra de la investigación y el desarrollo de nuevos productos que pueden aliviar muchas enfermedades; y así se han venido haciendo comentarios en muchas partes del mundo, como es natural. Aunque es de mencionarse que la empresa suiza ha preferido esperar, antes de ir a la Suprema Corte de aquel país para quejarse de la resolución.

    Por el lado de las organizaciones no gubernamentales, y varios países que están dando la batalla en contra de estos gigantes del negocio farmacéutico, están muy contentas ya que, como dicen, con la decisión del tribunal indio se ha preservado que “los pacientes estén por encima de las patentes”, y esto permitirá a las compañías indias seguir fabricando medicinas genéricas a bajo costo y distribuirlas a nivel mundial.

    Médicos sin Fronteras, que es una organización respetada en el mundo, ha manifestado que gracias a esta decisión, la India podrá seguir suministrando más de 80% de las medicinas que se emplean para combatir el sida y cerca de 25% de medicinas que ellos distribuyen en todo el mundo pobre, y que de otra manera sería imposible hacerlo.

    Para su decisión el tribunal ha tomado en cuenta la costumbre que varias compañías farmacéuticas tienen, de que cuando está por vencerse una patente se hacen cambios menores, desde la presentación, las dosis o agregar algún ingrediente que no modifica fundamentalmente la fórmula original, y de esta manera quieren extender el monopolio sobre la producción de una u otra medicina.

    Esta costumbre es conocida en Estados Unidos como evergreening (perpetuación) y la actual administración de ese país la ha prohibido, pero se continúa haciendo en muchos otros. Por ello en la India han fijado claramente cuáles son las reglas para patentar productos y que no existan, vía las pequeñas modificaciones, extensiones innecesarias de las patentes.

    La decisión del tribunal ha sido sobre la medicina denominada Glivec que la empresa suiza vende en un precio de 2 mil 600 dólares la dosis mensual mientras que las compañías indias que la fabrican la venden en 10% de ese precio. Esta situación marca una de las grandes paradojas del desarrollo económico de este mundo, en el cual la ganancia final que obtienen las compañías farmacéuticas, que efectivamente invierten grandes cantidades en investigación y desarrollo, vía las patentes resulta para muchos excesiva. Tan es así que hasta ahora no hemos sabido que haya quebrado ninguna gran compañía farmacéutica.

    Asimismo, el tribunal indio ha indicado que debe ser un panel de la Organización Mundial de Comercio (OMC) el que resuelva si la cláusula que existe en la ley de patentes, y que está siendo cuestionada por la empresa suiza, es correcta y se ajusta al acuerdo de comercio relativo a los aspectos de los derechos de propiedad industrial, conocido en el medio como TRIPS y del cual la India es país firmante desde 1995.

    La India se ha convertido en un gigante de la fabricación de medicamentos no sólo para consumo interno, sino también para la exportación. Tiene cerca de 100 centros de investigación sobre estos temas, y se calcula que su industria dedicada a la fabricación de medicinas se lleva una parte importante del negocio de más de 70 mil millones de dólares, y del cual casi 10% es consumido internamente.

    Hoy se libra una batalla a veces soterrada, a veces abierta, como es este caso, pero la realidad indica que tanto los organismos multinacionales, como la OMC y la Organización Mundial de la Salud (OMS), y las grandes compañías farmacéuticas deben ponerse de acuerdo con los principales países productores de medicinas genéricas, entre los que destacan India, Brasil y algunos de los países que antes se llamaban socialistas, para que el mundo en general pueda tener mayor y mejor acceso a las medicinas.

    ¿Cómo es posible que una dosis mensual de la medicina que comentamos cueste 2 mil 600 dólares? La empresa se defiende indicando que en India 99% de los pacientes que la recibe es de manera gratuita. Es decir, donde hay cuestionamientos la proporcionan gratis y donde no hay protestas que paguen; seguramente estarán subsidiando esta “donación” que hacen en la India con lo que cobran en otros países.

    Tampoco vale la propuesta que de vez en cuando se menciona, de que en algunos países, como pudieran ser India, Brasil, México, etcétera, existan dos precios, uno para los que a juicio de quién sabe quién pueden pagar y otro para los pobres. Ya sabemos qué ocurre cuando hay precios diferenciales y el margen es grande. Mejor ni lo intenten.

    Lo que parece estar claro es que las grandes compañías llevan años llevándose la tajada del león, según los resultados económicos que vemos, mientras que mucha gente muere por no tener acceso a las medicinas que los podrían salvar. Acciones como las que están desarrollando la India y otros países, destinadas a abastecer de medicinas genéricas baratas —la India exporta 65% de lo que fabrica—, se quieren limitar e incluso que se abandonen, para que se sigan las prácticas que los países desarrollados dicen que son normales.

    Las medicinas, su precio y su abasto son un tema delicado al que hay que prestar mucha atención. En México, por lo que se ve, estamos en pañales en cuanto a medicinas genéricas y a la limitación para que las patentes se perpetúen con pequeñas modificaciones. Sería muy conveniente que las autoridades en la materia vieran lo que el gobierno indio está haciendo en favor de su pueblo: enfrentándose, vía la ley, a los poderosos hombres de dinero del mundo.

    Analista político y economista



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