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Esteban Moctezuma Barragán

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Presidente Ejecutivo de Fundación Azteca. Presidente del Compromiso Social por la Calidad y Equidad Educativa. Secretario de Gobernación dura ...

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    18 de mayo de 2007

    La ola de asesinatos nos conduce a un solo camino: apoyar al presidente Calderón en su lucha contra el crimen organizado.

    Esa convicción debe abrazarse por todos los partidos políticos, los poderes del Estado, gobernadores, empresarios, iglesias, presidentes municipales, profesionistas, maestros, deportistas, artistas, trabajadores, campesinos, todos los mexicanos, dentro y fuera de nuestras fronteras.

    El reto es enorme. Habrá capítulos victoriosos, errores y dudas. Se podrá estar o no de acuerdo con ciertas decisiones, pero lo que no puede regatearse es el apoyo de la sociedad a su Presidente.

    No sólo es una guerra contra delincuentes, es una nueva lucha entre dos culturas: la que busca que la democracia, el crecimiento económico y el desarrollo social se sustenten en la cultura del esfuerzo, la movilidad social, la igualdad de oportunidades, la legalidad, y otra, que persigue el éxito económico inmediato, el empoderamiento de la violencia, la ley de la selva, la imposición del más fuerte.

    En entrevista para el diario brasileño O Globo, un narcotraficante de una poderosa organización carcelaria, al responder si pertenecía a esa organización, afirmó: "Más que eso, soy una señal de estos tiempos."

    "Yo era pobre e invisible. ¿El gobierno federal alguna vez reservó algún presupuesto para nosotros? Éramos noticia en los derrumbes de las villas en las montañas. Ahora estamos ricos con la multinacional de la droga. Y ustedes se están muriendo de miedo. Nosotros somos el inicio tardío de vuestra conciencia social. Nosotros ahora tenemos. ¿Usted cree que quién tiene 40 millones de dólares. no manda?".

    O Globo preguntó: "¿Cuál sería la solución?".

    Él respondió: "¿Solución? No hay solución, hermano. La propia idea de solución es un error. ¿Ya vio el tamaño de las 560 villas miseria de Río? ¿Ya anduvo en helicóptero sobre la periferia de Sao Paulo?".

    "Sólo habría (solución) con muchos millones de dólares gastados organizadamente, con un gobernante de alto nivel, crecimiento económico, revolución en la educación, urbanización general, y todo tendría que ser bajo la batuta casi de una ´tiranía esclarecida´ que saltase por sobre la parálisis burocrática secular, que pasase por encima del legislativo cómplice.".

    "Tendría que haber una reforma radical del proceso penal del país, comunicaciones e inteligencia entre policías municipales, provinciales y federales (nosotros hacemos hasta conference calls entre presidarios.) O sea: es imposible. No hay solución".

    "¿No hablan ustedes los intelectuales de lucha de clases, de ser marginal, ser héroe? ¡Entonces llegamos nosotros! ¡Ja, ja! Pero mis soldados son extrañas anomalías del desarrollo torcido del país. No hay más proletarios ni infelices ni explotados. Hay una tercera cosa creciendo allá afuera, educándose en el más absoluto analfabetismo, diplomándose en las cárceles como un monstruo. La postmiseria genera una nueva cultura asesina ayudada por la tecnología.".

    "Nosotros somos una empresa moderna, rica. Ustedes el Estado quebrado. Nosotros tenemos métodos ágiles de gestión. Ustedes son lentos, burocráticos. Nosotros no tememos a la muerte. Ustedes mueren de miedo. Ustedes tienen la manía del humanismo. Nosotros somos crueles, sin piedad".

    "Ustedes no pueden entrar a la cárcel y matarme, pero yo puedo mandar matarlos allí afuera. Estamos en el centro de lo insoluble mismo. Ustedes en el bien y el mal y, en medio, la frontera de la muerte, la única frontera. Ya somos una nueva especie, ya somos otros bichos, diferentes a ustedes. La muerte para nosotros es la comida diaria, tirados en una fosa común".

    "Nuestras armas y producto vienen de afuera, somos globales".

    "Entiéndame, no hay solución. ¿Sabe por qué? Porque ustedes no entienden la extensión del problema".

    Por ello, precisamente el presidente Calderón nos invita a conocer la extensión del problema y a actuar en consecuencia.

    Presidente de la Fundación Azteca



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