aviso-oportuno.com.mx

Suscríbase por internet o llame al 5237-0800




Sara Sefchovich

Palabras huecas

Es licenciada y maestra en Sociología y doctora en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de México. Investigadora en el Instituto de ...

Más de Sara Sefchovich



ARTÍCULOS ANTERIORES


    Ver más artículos

    07 de septiembre de 2006

    En la situación política que estamos viviendo, cada quien usa las palabras a su gusto, interés y conveniencia. Ellas ya no tienen un significado en sí, algo que hace que todos las entendamos igual.

    ¿Qué quiere decir "violencia"? Según los analistas, lo que sucedió el pasado día 1 fue un ejemplo de no violencia. Pero eso sólo sería cierto si por violencia entendiéramos que corra la sangre, pero la palabra es más amplia e incluye, dicen los que saben, situaciones como ejercer presión y generar tensión sicológica y social como efectivamente sucedió.

    ¿Qué quiere decir "resistencia civil pacífica"? Si grupos perredistas deciden instalar un plantón frente al Congreso de la Unión y para conseguirlo insultan a los granaderos y les lanzan objetos o si los Panchos Villa van el día del informe y golpean con cadenas y palos, pues eso no es pacífico ni aquí ni en China.

    ¿Qué quiere decir "actuar con libertad"? Si se acusa de corruptos y sometidos a los magistrados y se agrede a todos aquellos que no piensan o dicen lo que yo quiero, eso está muy lejos de ser libertad.

    ¿Qué quiere decir "usurpador" o "inconstitucional"? Si las instituciones que rigen nuestra convivencia dan por bueno a quien, a pesar de las impugnaciones y las dudas, obtuvo más votos en las urnas, ¿en qué se basan las acusaciones?

    ¿Qué quieren decir palabras como "pueblo", "representantes", "voluntad general", "triunfo contundente", que cada lado invoca para sustentar su supuesta legitimidad y para descalificar al otro?, ¿qué quieren decir conceptos como "izquierda" y "derecha" cuando muchos de quienes forman parte de uno de esos dos espectros ideológicos piensan como se supone que debería pensar el otro y cuando se acusa a los que no compran el paquete completo de reaccionarios y hasta traidores?

    ¿En qué momento palabras como "defensa de las instituciones y de la legalidad" terminan por ser sinónimo de "blandengue" e "inmóvil", como está sucediendo con Felipe Calderón?, ¿o una palabra como "amigo" significa que el aludido no puede seguir sus convicciones porque ofende, como pretende el cardenal Rivera o como le han hecho los radicales a ciertos intelectuales?

    Hasta una frase en apariencia tan simple como "impedir el libre tránsito de personas y de vehículos" ya no tiene significado claro. Cuando Marcelo Ebrard, en su discurso de la semana pasada en el zócalo capitalino, acusó de eso a la fuerza policiaca instalada en el Palacio Legislativo y calles aledañas, ¿no quería decir lo mismo que desde hace un mes ellos están haciendo en Reforma, Juárez, Madero?

    Ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio se está volviendo común. Andrés Manuel lleva semanas gritando a todo pulmón que va a acabar con la República simulada, que éste y aquél son traidores, que no va a respetar las instituciones, y luego llega Porfirio Muñoz Ledo y acusa a otros de incendiarios. Y por cierto, si las instituciones no sirven, ¿por qué siguen en ellas los legisladores de su partido, el jefe de Gobierno y varios gobernadores electos o en vías de elección?

    Tener un doble discurso también ya es cosa de diario. Los perredistas han acusado al gobierno federal de apoyar la campaña del candidato panista, verdad irrefutable sin duda, pero ahora que el gobierno capitalino está apoyándolos a ellos, nada dicen.

    Una palabra con significado poco claro es "democracia". En su discurso mediático a la nación, el presidente Fox la usó 33 veces en sus poco más de 2 mil 300 vacías y huecas palabras.

    Pero también los candidatos, los diputados y senadores, los militantes, simpatizantes y voceros de cualquiera de los grupos, los intelectuales y todos los actores políticos y sociales la usan y mucho, y cada cual para afirmar que él sí la está consiguiendo mientras que el otro la está poniendo en riesgo.

    Más bien parecería que el término se ha vuelto un fetiche, como si con decirlo se lo convirtiera en realidad. Algo parecido sucede con el concepto "autoridad moral" que muchos se asignan. Pero para palabras confusas, las de armonía y lucha. Fox dice que entrega un país tranquilo en el cual las diferencias se resuelven a través de las instituciones, pero los ciudadanos vemos un territorio desgarrado por conflictos que se manifiestan en las calles.

    Hay grupos que dicen defender sus derechos, pero en Atenco la gente sale con machetes, en Oaxaca los maestros destruyen las instalaciones del Congreso estatal y en Michoacán los trabajadores de Sicartsa queman las oficinas de la empresa, y los ciudadanos no entendemos en qué momento "causa justa" y "vandalismo" se volvieron sinónimos.

    Escritora, investigadora en la UNAM



    ARTÍCULO ANTERIOR
    Editorial EL UNIVERSAL Un Hoy No Circula más justo


    PUBLICIDAD.