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Ricardo Raphael

Matemáticas de la coalición

Maestro en Ciencias Políticas por el Instituto de Estudios Políticos de París, Francia. Maestría en Administración Pública por la Escuela ...

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    18 de agosto de 2006

    U na de las dos partes, o quizá ambas, están mintiendo. Según los panistas, 75% de las casillas revisadas por el Tribunal Electoral no presentó ningún error. Por su parte, la coalición Por el Bien de Todos afirma que en 65% de los paquetes se encontraron severas inconsistencias. Muy pronto sabremos cuál de los actores está jugando al engaño. Mientras tanto tiene sentido ponderar los datos que los quejosos han anunciado a la opinión pública.

    La defensa de López Obrador afirma que por la vía del robo de boletas se extraviaron 692 mil votos a favor de su candidato. Dicen también que fueron taqueados 651 mil 538 votos a favor de Felipe Calderón. De ser cierto esto, sin duda la elección presidencial tendría que ser anulada por el Tribunal. Sin embargo, el camino que siguió la coalición para llegar a sus cifras despierta más dudas de las que resuelve.

    La coalición argumenta que en 31% de los paquetes revisados se extraviaron 3.2 votos por casilla. Luego supone dos cosas: que ese faltante es generalizable a la totalidad de las casillas y que todos los votos extraviados pertenecían a AMLO.

    Respecto de la generalización del faltante es muy probable que los lopezobradoristas tengan razón. De hecho, otros análisis menos interesados políticamente como el elaborado por Javier Aparicio (CIDE) han encontrado que la variación entre el resultado del cómputo distrital y el obtenido en la muestra seleccionada es de aproximadamente +/- 1.3% de votos por casilla; es decir, una variación hacia arriba o hacia abajo de 2.5 votos.

    Las explicaciones sobre el extravío de los votos pueden ser de tres tipos: 1) el elector se equivocó y metió su voto en una urna distinta a la asignada para la elección presidencial (senadores, diputados, etcétera); 2) el elector decidió anular su voto llevándose la papeleta a su casa (el extraño caso del coleccionista de boletas); 3) el funcionario de casilla contó dos o tres boletas de menos.

    Cabe también la posibilidad de que una mano negra y perversa haya hurtado los votos. Sin embargo, como el propio Aparicio sugiere, se trataría de una mano que, además de ser negra, sería estúpida ya que no sólo desapareció los votos sino que también asentó el robo en las actas.

    Lo más difícil de sostener es que todos los votos faltantes pertenecían a AMLO. Según el análisis de este académico, tal cosa es insostenible. Los errores aritméticos ocurrieron con la misma frecuencia en todas las casillas. Es decir, que afectaron por igual a uno y otro candidato.

    Sin embargo los lopezobradoristas argumentan que en la revisión, Felipe Calderón perdió más votos. Ha de replicárseles que el error estadístico afecta mayormente al candidato que ganó en cada casilla y que 90% de los paquetes revisados correspondieron a casillas donde el PAN obtuvo el triunfo.

    Es decir, que si tal revisión se hiciera en otras regiones donde AMLO logró la victoria, el resultado sería el inverso: la coalición perdería en una proporción similar. De hecho así le ocurrió en la revisión del estado de México.

    Respecto del argumento de la inyección ilegal de boletas, a razón de tres votos por paquete, cabe hacer de nuevo la crítica. Para empezar, 130 mil 400 multiplicado por 3 da 391 mil 200 y no 651 mil 538 como asegura la coalición. No obstante, dado lo cerrado de la elección, todavía se trataría de una cifra importante.

    Cabe aquí también la posibilidad de que los funcionarios de casilla hayan hecho mal el registro: palomitas de más frente a la lista nominal o errores de cómputo en las boletas cruzadas. Otra respuesta tentativa es que los electores se hubiesen equivocado introduciendo votos para senadores o diputados en la urna designada para la elección presidencial sin que los funcionarios lo hubiesen detectado.

    ¿Es demasiado una equivocación promedio de entre dos y tres votos de más o de menos por casilla, o podemos suponer, de buena fe, que los seres humanos cometemos errores como éste cuando contamos papeles?

    Lo cierto es que nada de malo tendría ampliar la muestra que el Tribunal seleccionó originalmente con el solo propósito de comprobar si, en verdad, los errores no afectan desventajosamente a una sola de las partes. Quizá la mejor solución sería tomar 11 mil paquetes del Distrito Federal para ver qué sucede en los lugares donde AMLO arrasó.

    Profesor del ITESM



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