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Ricardo Raphael

Credo

Maestro en Ciencias Políticas por el Instituto de Estudios Políticos de París, Francia. Maestría en Administración Pública por la Escuela ...

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    23 de junio de 2006

    Deseo que el próximo presidente sea un político profesional. Alguien con habilidades notables para negociar con sus semejantes, capaz de construir alianzas creíbles y estables con los suyos, pero también con sus opositores. Que abuse de la mano izquierda a la hora de tratar con sus adversarios. Que no les descalifique siempre, que les acerque a la toma de las decisiones, que sepa convencerles con razones, que renuncie al golpe bajo y al debilitamiento del otro, que sepa sumar y evite las divisiones.

    Una persona que componga su gabinete después de mucho meditar. Que asuma que pocas veces son los amigos los mejores compañeros de viaje para gobernar. Que valore la experiencia y la razón, más que las lealtades inopinadas. Alguien con habilidades para coordinar grandes equipos de trabajo. Que sepa escuchar a sus colaboradores, que tenga destreza en el arte de delegar responsabilidades. Un presidente, sin embargo, que ni por un segundo renuncie a sus facultades presidenciales. Que no deje en las manos de su familia o de sus allegados aquellas responsabilidades que sólo él puede ejercer.

    Un gobernante que esté informado de todos los asuntos que importan, que tenga buenas maneras para comunicar tanto sus preocupaciones como sus instrucciones. Que no juzgue sin tener pruebas suficientes, ni decida sin haber explorado todos los caminos posibles. Alguien que asuma, por principio, su incapacidad para poseer toda la verdad. Un presidente siempre dispuesto a dialogar con el otro, en particular con sus críticos más feroces. Alguien que nunca pierda de vista que México es un país muy diverso y que por tanto nunca encontrará en el territorio mexicano respuestas unánimes frente a sus propuestas.

    Un gobernante que no se atreva a pasar por encima de la ley. Que prefiera morirse en la raya antes que violar el orden jurídico. Que respete todas y cada una de las libertades que los mexicanos con tanto esfuerzo hemos alcanzado. Un presidente que sepa respetar su investidura, respetando siempre la investidura de los demás poderes constitucionales.

    México necesita de un jefe del Poder Ejecutivo vigilante de los derechos de todos los mexicanos. Que con firmeza se oponga a la voluntad de los abusivos y los violentos, que jamás subordine al Estado a los intereses de los pocos, que no acepte chantajes o manipulaciones de los señores del dinero, que renuncie a toda complicidad con los pudientes. Que se manifieste siempre indispuesto a pactar inmoralidades con los sindicatos corruptos o con la telecracia, que el ejercicio de su gobierno no dependa en modo alguno de su popularidad mediática.

    Quisiera ver un presidente que renuncie a los caminos fáciles. A los acuerdos privados sobre los asuntos públicos. Que gobierne dentro de una casa de cristal. Que destruya las opacidades del Estado con la fuerza de la transparencia. Un gobernante que reciba por la misma puerta a todos los que le busquen. Que no se esconda para pactar con los poderosos, ni se amedrente a la hora de defender a los desposeídos. Que rinda cuentas y que obligue a sus colaboradores a rendirlas. Que deje fuera de sus afectos a todo aquel que quiera hacer negocios desde su administración. Que apoye a los jueces para que hagan su tarea y también señale a todos aquellos que incumplan con sus responsabilidades republicanas.

    Quiero también un presidente que sepa colocar a México en el mundo. Que, desde adentro, sepa mirar hacia fuera. Que haga de México un país confiable y al mismo tiempo que robustezca la confianza entre los mexicanos. Que reconozca las virtudes que la estabilidad económica ha traído para el país, pero que no sea conformista. Quiero un presidente consciente de que, para hacer reformas radicales, en una democracia se necesita de estrategias moderadas.

    Quiero un presidente que sepa gobernar para todos. Que no admita deudas con las partes sino con el todo. Que sepa que el carro funciona sólo si todos estamos subidos en él. Quiero un presidente que mire hacia el futuro. Que pueda anticiparse a lo que viene. Que tenga bien desarrolladas sus habilidades para ver en perspectiva. Quiero un presidente que sepa cuál es el liderazgo que el Estado mexicano ha de tener frente a la sociedad y cuál el que la sociedad ha de tener frente al Estado.

    Profesor del ITESM



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